Capitulo 16

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Marina no podía quitarse de la cabeza las palabras de Pablo. Había aceptado reunirse con él, pero el temor seguía latente en su corazón. La promesa de sinceridad que él había hecho la mantenía esperanzada, pero a la vez, desconfiada. Aquel día, cuando se encontró en el café donde había accedido a verlo, su mente daba vueltas como si intentara escapar de la verdad que temía enfrentar.

El café estaba lleno de conversaciones y risas, pero para Marina, todo sonaba como un eco lejano. Pablo llegó unos minutos después, con el rostro cansado y los ojos llenos de incertidumbre. La miró y ella vio en sus ojos la angustia de alguien que sabía que había perdido mucho y que ahora luchaba por recuperar al menos una parte.

—Gracias por venir, Marina. No te voy a mentir, he estado esperando este momento desde que te vi por primera vez—dijo, su voz cargada de una mezcla de nerviosismo y esperanza.

Marina lo miró sin decir nada, esperando que él tomara la palabra primero.

—He estado pensando en lo que hiciste, en lo que significó para mí y para ti. No te pido que me perdones, ni que me des una segunda oportunidad. Pero necesito que sepas la verdad sobre la chica con la que me vieron—dijo, haciendo una pausa, como si cada palabra fuera un dolor que le arrancaba.

Marina lo escuchó, sus sentimientos enredados entre el alivio y la desconfianza.

—Ella no es lo que pensaste. Es una amiga de la infancia, una a la que vi hace aún mucho tiempo. Nada más—dijo, sus ojos buscando los de ella en un gesto que le rogaba por creerle.

Marina asintió lentamente, sin saber si el alivio que sentía era genuino o solo una forma de proteger su corazón. Sin embargo, algo dentro de ella temblaba, y un recuerdo vago de una conversación que había escuchado la hizo estremecer.

Esa noche, al regresar a casa, Marina encontró un mensaje en su teléfono que la hizo detenerse en seco. Era de una amiga que había escuchado rumores sobre la "prima" de Pablo, y que ahora ella misma había visto compartiendo fotos y comentarios con él. Marina sintió que la tierra se le hundía bajo los pies, como si todo lo que había creído se desmoronara en un instante.

—¿Es esto realmente la verdad?—susurró, sintiéndose traicionada de nuevo.

Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad, Jessica también enfrentaba su propio tormento. La llamada de Fabián, la dolorosa confesación, y los secretos que había descubierto la habían dejado en una encrucijada. No sabía si lo que había hecho para alejarse de él había sido lo correcto, pero la duda y el rencor seguían anidando en su corazón.

La verdad se estaba revelando en cada rincón de sus vidas, y el dilema de Marina y Jessica solo había comenzado.

después es nunca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora