Roier es un joven omega embarazado que es abandonado por su familia, desesperado sin saber a donde ir, se encuentra con Cellbit, un alfa, dueño de una tienda de musica rock que sueña con tener su propia banda
Descubre como evoluciona la relación de...
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Era una fría, soleada y agradable mañana, Roier abrió los ojos parpadeando varias veces para acostumbrarse a la luz, encontrándose inmediatamente con el atractivo y varonil rostro de su alfa, durmiendo profundamente mientras lo abrazaba con fuerza.
Roier sonrió muy grande al verlo, se sentía tan feliz que se acurrucó en los brazos de su alfa, dejando suaves besos sobre la piel expuesta, adoraba que Cellbit durmiera con el torso desnudo porque su calor corporal y sus grandes músculos rodeándolo lo hacían sentir protegido.
Estos últimos días habían sido muy alegres para él, pasar la Navidad con sus amigos fue una gran idea y le hizo mucho bien. Jaiden ayudó a la pareja con las decoraciones, el resto de sus amigos trajeron comida y regalos, incluso Roier tomó algunas cosas brillantes de su herencia para dar como regalos navideños. Todo el ambiente era bastante agradable y familiar, lo único que aún le molestaba a Roier es que su abuelo no estaba presente, pero tenía fé que el viejo estaría bien donde sea que esté.
También invitaron a Maximus, Sofía, Trumpet, Pac, Fit y a su pequeño hijo Ramón, el cual Roier conoció por primera vez. Ramón a diferencia de Trumpet era muy extrovertido, bastante sociable y alegre, su energía hizo que fácilmente se hicieran amigos, incluyendo también a Bobby en sus juegos.
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Ver a su pequeño bebé jugando con otros niños hizo que el corazón de Roier tuviera un ataque de ternura, definitivamente tendría más hijos, llenaría su casa de risas alegres, divertidos juegos y mucha felicidad.
—¿Guapito? ¿Qué haces, mi amor?
Roier perdió el hilo de sus pensamientos y notó que había dejado algunos chupetones en el pecho de Cellbit sin darse cuenta, levantó la mirada y sonrió hacia su alfa con inocencia, tratando de ocultar lo avergonzado que estaba.
—Buenos días, gatinho
—¿Seduciéndome tan temprano? Guapito travieso — Cellbit sonrió con picardía, tomando su lugar entre las piernas del omega, empezando a besar su cuello y acariciando su cuerpo hasta llegar a su redondo trasero — ¿Mhm? No tienes ropa interior
—Tú... Tú me la quitaste anoche
—¿Así? No lo recuerdo... creo que tendré que recrear lo hicimos ayer para refrescar mi memoria