El momento en donde nos perdimos NishikataXTakagi

Capítulo 17: Un verano sin Takagi

El sol abrasador del verano inundaba las calles, haciendo que todo pareciera más lento, más pesado. Era un verano que Nishikata nunca olvidaría, pero no por las razones que podría haber esperado. Desde que Takagi desapareció sin decirle nada, un vacío inexplicable lo había acompañado cada día. Ahora, ese vacío solo se hacía más evidente con la calidez del verano, el mismo clima que antes compartía con ella, jugando y bromeando.

El grupo de amigos había decidido organizar una salida para aliviar la tensión acumulada del último curso. La idea era pasar un día en la playa, algo simple pero lleno de promesas de diversión. Aunque Nishikata aceptó la invitación, sabía que el día no sería el mismo sin Takagi. Sin embargo, intentó convencerse de que la distracción sería buena para él.

La conversación en el chat grupal comenzó un par de días antes de la salida. Kimura, como siempre, fue el primero en sugerir la idea.

Kimura: "¡Gente, hagamos algo épico este verano! ¿Qué tal un día en la playa?"
Mano: "¡Me encanta la idea! ¿Quién más se apunta?"
Sumire: "Yo puedo ir, pero no sé si tengo traje de baño nuevo 😅."
Hamaguchi: "Cuenta conmigo. Necesito un descanso de tanto estudiar."
Takao: "¿Es una competencia de natación? Porque si es así, paso. No quiero humillar a nadie."
Kimura: "😂 No, solo diversión, Takao. No te preocupes."
Mano: "¿Nishikata, tú vas?"
Nishikata: "Sí, iré. Suena bien."

Nishikata observó cómo la conversación continuaba, con bromas y discusiones sobre qué llevar. A pesar de la ligereza del chat, cada mensaje le recordaba la ausencia de Takagi. Solían participar juntos en estas conversaciones, siempre intercambiando comentarios sarcásticos que lo hacían reír. Ahora, se sentía como un extraño en su propio grupo.

La playa estaba llena de vida cuando llegaron. Los colores brillantes de las sombrillas, el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla, y las risas de otros grupos de amigos llenaban el aire. Mano y Sumire corrían hacia la arena, emocionadas por comenzar el día. Kimura cargaba una pelota de voleibol, mientras Hamaguchi y Takao discutían sobre quién era mejor nadador.

—Oye, Nishikata, ¿seguro que no quieres unirte a la competencia de natación? —bromeó Takao, dándole un codazo.

—Prefiero quedarme en la orilla, gracias —respondió Nishikata, forzando una sonrisa.

Aunque intentaba participar, su mente seguía divagando. Cada vez que miraba el océano, recordaba los momentos que había pasado con Takagi. Recordaba cómo ella siempre encontraba maneras de hacerlo sonrojar, incluso en los momentos más tranquilos.

Mano se acercó, notando que algo estaba mal.

—Nishikata, ¿estás bien? Has estado muy callado últimamente —dijo, inclinando la cabeza con curiosidad.

—Sí, solo estoy un poco cansado, eso es todo —respondió, evitando su mirada.

Mano no pareció convencida, pero decidió no insistir. El día continuó con risas y juegos, pero Nishikata no podía sacudirse la sensación de que algo faltaba.

Al final del día, cuando todos estaban empacando para irse, Nishikata decidió quedarse un poco más, sentado en la arena. Mientras miraba el atardecer, Sumire se le acercó.

—¿Puedo sentarme contigo? —preguntó, sosteniendo una bebida fría.

—Claro —respondió, sin apartar la mirada del horizonte.

Pasaron unos minutos en silencio antes de que Sumire hablara.

—Sé que Takagi y tú son... cercanos. Bueno, lo eran. ¿Sabes algo sobre por qué se fue? —preguntó, con un tono de genuina preocupación.