Lo siento

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Lía Evans....

Como 10 minutos después de tocado el timbre de entrada Max llegó y la verdad se veía molesto e incluso hasta algo triste.

-Max...-toque su hombro en cuanto se sentó-

-¿qué?-me respondió-

-¿estás bien?-le pregunté-

-si...

Solo suspiré y ya no le insistí, en este tiempo aprendí a conocer a Max y sabía perfectamente que cuando le ocurría algo debía esperar a que él me lo contara y no insistirle o se pondría peor. Lograr descifrar su humor o sus pensamientos es todo un caos.

Llegó la hora de recreo las horas pasaron medianamente rápido y Max no me había hablado en toda la mañana sin embargo no lo iba a dejar solo porque sabía que realmente le pasaba algo.

-¿quieres comprar alguna golosina?-le pregunté-

-no, gracias-respondió-

-¿desayunaste?-él tenía la mala costumbre de casi nunca venir desayunando-

-no-dijo él-

-tienes que comer algo-le dije-

-más tarde-me miró-

-Maxwell si desayunaría-le sonreí-

-ok...-y vi que sonrió un poco-desayunaré

-vamos entonces-lo jalé del brazo-


Max Allen....

Era difícil decirle que no a Lía, ella era la única persona que me hacía sentir bien pero en este momento ella no sabe cómo me siento, no tiene ni idea, a veces quisiera contarle, me lo he pensado muchas veces pero luego mejor me retracto.

Cuando íbamos camino al bar no topamos con unos chicos del equipo de soccer.

-ignóralos-me dijo Lía-a ellos solo les gusta humillar y molestar a los demás

-¿Qué tenemos aquí?-uno de los chicos se paró enfrente de nosotros-es la amiga de Harris y...miren...un chico nuevo, ¿pato nuevo?

-mu..mue..ve..te-les dijo Lía-

-no te metas niña-le dijo-la cosa es con el nuevo

Vi que Lía frunció el ceño y respiró un poco.

-muévete que tenemos prisa-le dijo ella en tono molesto-

-veo que el bebé tiene quién lo defienda-se burló-

-ya déjalo-le volvió a insistir Lía-

-una chica te defiende-todos ellos rieron-que cobarde

-a mí nadie me tiene que defender-hablé mientras mi enojo subía-

No es el momento más propicio para meterse conmigo.

-claro-rió el chico-eres una nenita

-y tú un descerebrado-bufé-ya cállate, idiota

-a mi no me defiende nadie-me miró serio-soy bastante hombre

-yo no la necesito, es solo una chica-alcé la voz molesto-estoy bien muy solo

-cumplido-sonrió y se fue junto con el resto de su equipo de tontos-

Pero cuando voltee Lía se había ido.

Rayos, pero que idiota que soy.


Lía Evans....

Las palabras de Max me dolieron mucho, solo quería ayudar para que su día no fuese peor de lo que parecía ya estar siendo pero como siempre a él parece no importarle nada, tal vez y si debería dejarlo solo. igual al parecer a él no le afectaría en lo más mínimo aunque a mí si. Yo lo quiero.

-¡Lía!-escuché que me llamaba-

-¿Qué quieres?-volteé a verlo y le respondí fría-

-yo...lo..siento-me dijo con la mirada en el piso-no quise decir eso

-tranquilo-respondí-ya vi que te gustaría estar solo

-no es así-dijo él-

-lo acabas de decir-me crucé de brazos-pero ya me voy, descuida

-no...-sus ojos interceptaron con los míos-tú eres mi única amiga...quédate conmigo, no te enfades

Entonces pasó algo que ni yo imaginaba, algunas lágrimas rodaron por la mejillas de Max, jamás lo había visto así y la verdad me sentí mal. Él estaba llorando y no era un llanto por cualquier cosa, y peor aun creo que yo tengo parte de la culpa.


Tú lo cambiaste todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora