Jueguitos

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Cuando llegamos al salón, Louis y Matt ya se habían sentado juntos lo que significa que tendría que compartir mi asiento con alguien que no conozco, y eso no es agradable precisamente, detesto cuando me hacen esto.

Los mataré *pensé enseguida*al menos me hubiesen esperado

Ryan se sentó al lado de un chico que al parecer era su amigo, yo también lo conocía era George Lewis, no es mi amigo precisamente pero íbamos en el mismo curso el año pasado, me dirigí a uno de los asientos un poco más atrás de la mitad junto a la ventana, dejé mi mochila y me senté.

-¿te molesta si me siento aquí?-me preguntó alguien-

Alcé la mirada y era Max.

-adelante-le dije casi en un susurro-

-gracias-dejó su mochila y se sentó-mejor aquí

-¿por qué?-me atreví a preguntar-

-no lo sé-se encogió de hombros-no pareces fresa como otras chicas o chicos de aquí

-ah-dije-es que yo soy...hmm...especial-sonreí-

Él levanto la ceja y sonrió un poco y aunque no fue exactamente una sonrisa a mi me pareció muy tierno. Al menos en mis pensamientos puedo ser yo y no quedarme paralizada cuando alguien me habla, no conozco a Max así que si se sienta a mi lado no importa eso no me intimida lo que si lo hace es que me habla porque no soy muy segura de lo que digo.

-¿Cuántos años tienes?-me preguntó-

-16-respondí-¿y..tú?

-17-me dijo mientras sacaba un cuaderno de su mochila-eres tímida ¿no?

-un poco-me sonrojé-

-oye Maxwell-lo llamó Ryan mientras caminaba hacia nuestro asiento-préstame un bolígrafo

Max saco una pluma de la maleta y se la dio a Ryan.

-¿Maxwell?-pregunté-

-así me dicen-me dijo, escribiendo en su cuaderno-no sé por qué

-también es teñido-me contó Ryan-

-fue una apuesta-le dijo Max con una leve sonrisa en el rostro-no lo divulgues

Como no me encantaría escucharlo reír o ver una verdadera sonrisa en su rostro, no se por qué no lo hace, se ve increíblemente adorable cuando lo intenta.

La verdad Ryan y Max me cayeron muy bien, me gustó hablar con ellos hasta que ya luego llegó la maestra y tuvimos que guardar silencio, las primeras horas de clases enserio fueron realmente aburridas excepto cuando me ponía a hablar con Max por lo bajito para que no nos castigaran, la profesora de química es muy exigente.

Ya a la hora de recreo salimos a comprar algunas golosinas, yo me di un pequeño regalo de bienvenida a clases y me compré una nutella, Max también quiso comprar una pero yo me llevé la última, tuve mucha suerte.

-eso es injusto-me dijo él-tengo hambre

-lo siento-sonreí-pero esta nutella vino desde Narnia solo para mí

Cada hora que pasaba del día me era más fácil hablarle a Max, hasta podía bromear con él y eso es extraño porque tardo mucho en tener confianza con otros, recuerdo que para bromear con Louis tuve que esperar todo un mes y eso que él es muy payaso.

-claro-movió su cabeza negando lo que decía-¿me das?

-no-reí-es mía

-solo un poco, Lía-insistió-

-no lo sé-le dije-

Bueno creo que le jugaré una bromita antes.

-ve por una cuchara y te doy-le dije sonriendo-

-ok-él asintió-

Max fue al bar a por una cuchara y en lo que se alejaba yo salí corriendo a esconderme de él, ya después le daré mi preciada nutella.

Tú lo cambiaste todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora