Mariposas

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Lía Evans....

Max cantaba realmente hermoso, me pregunto si decir que canta como un ángel es exagerado, a este paso creo que me va a terminar gustando realmente, mucho más aún.

Durante el tiempo que duró la canción me llevé una gran sorpresa; Max tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos, lo miré confundida, nerviosa y tímida, la verdad agradecía que los chicos no pudieran verlo.

Él me miró y siguió cantando, yo sentía que me sonrojaría en cualquier instante así sólo solté mi mano y miré  hacia cualquier otro lado. No voy a negar que sentí maripositas en el estómago cuando Max hizo aquello pero no quiero que esto que siento siga creciendo pues no estoy segura de que siente él. No tengo ni la más mínima idea.

Tontas mariposas *pensé*nadie las llamó

Terminadas todas las clases iba a salir corriendo hacia el auto de Louis para ya poder irme a casa hasta Max me jaló del brazo impidiéndome de salir del salón.

-¿vas a venir?-me preguntó-

-¿Dónde?-le pregunté confundida-

-dijiste que vendrías conmigo después de clases-me dijo en tono tierno-

-cierto...

Yo se lo había prometido enante pero después de lo que pasó durante nuestra hora de música con los chicos, me da un poco de vergüenza verlo.

-eres...un...atrevido, Maxwell-le dije mientras sentía sonrojarme-

Él sonrió y agachó su cabeza.

-lo siento-me hizo puchero-pero dime que vendrás

Suspiré y me lo pensé un momento. Yo quería saber lo que le pasaba a Max, realmente necesitaba saberlo o no estaría tranquila así que si iría, igual no creo que me haga daño pasar un poco más de tiempo con él.

-sí, vamos-le dije y salimos del salón-

Llegamos hasta el auto de Max y me senté en el asiento del copiloto para molestarlo.

-¿podemos poner música?-le pregunté presionando botones de la radio-

-claro-me sonrió-

Empezó a sonar Confident de Justin Bieber, Max empezó a cantar y hacerme reír mientras conducía. Este chico es perfecto.

-estoy concentrado en el manejo-me dijo con una voz muy graciosa y luego empezó a reír-

Yo solo lo miraba y reía, era un chico increíble y en su risa había algo que me hacia querer reír a mi también; creo que mientras él tuviera una sonrisa en su hermoso rostro el resto de cosas en mi mundo están bien.

Después de 15 minutos de observarlo cantar llegamos a una cafetería.

Tú lo cambiaste todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora