Y, en efecto, Gojo no sabía lo que le esperaba hasta que sintió la lengua del azabache haciendo contacto con su entrada.
—¡Estúpido!— su cara no tardó en ruborizarse naturalmente.
—Oh, cierto, me adelanté, primero eran los muslos.
Geto tenía las piernas de Satoru sobre sus hombros, así que ladeó un poco la cabeza hacia el lado izquierdo para poder empezar a hacer marcas de mordidas y chupetones.
…
Satoru tenía la cara roja al recordar todo lo de la noche anterior, recuerda la viva sensación de la lengua de Suguru interactuando con su entrada y recuerda perfectamente las palabras que le dijo.
…
—Mierda, Satoru; tu cara sonrojada es mejor que cualquier obra de arte.— habló tras subir la vista y ver el rostro del albino rojo desde la punta de la nariz hasta sus orejas, también con los ojos cristalizados y unas cuantas gotas de saliva escurriendo por las comisuras de sus labios.
—Pues obvio, yo soy mejor que cualquier pintura. Nací siendo arte.— dijo engreído, con una sonrisa coqueta en la cara y con la respiración algo agitada.
—Eso ya lo sé.— Se quitó de entre las piernas del albino y volvió a posicionarse sobre él. Lentamente agachó su cabeza hasta quedar cara a cara con la de Gojo.
Sus respiraciones chocaban, solo estaba esperando a que el ojiazul se atreviera a besarlo.
—No Suguru, no te voy a besar, métela ya.
—Uy, le quitas lo romántico, desesperado.— Deja un suave beso en la mandíbula de Satoru. —Pero…— Guarda silencio, como si quisiera aumentar la tensión al momento. —Preferiría que me supliques un rato más.
—Los que suplican son idiotas.— Dice, antes de hacer un movimiento rápido, quedando Geto debajo de Gojo.
Suguru se sonroja ligeramente.
—¿Y que harás en esta posición?, Digo, tienes la posibilidad de dominar o ser sumiso.
—Me tienes bastante desesperado, supongo que por hoy dejaré que domines el momento.
—Así me gusta.— En su rostro se dibuja una sonrisa malévola.
—Te advierto y prometo que la próxima vez estarás gimiendo debajo de mi.— señala con el dedo índice al azabache.
—Esa promesa no me molesta en lo absoluto.— Su sonrisa tiene rastros malévolos y pizcas de diversión.
…
—¿Lo dirá en serio?— Satoru rasca su nuca, cuestionandose a sí mismo, el sonrojo aún se mantiene vivo en sus mejillas y sus pupilas dilatadas.
—¿A quien le hablas, demente?— Una voz femenina suena detrás de él, acompañada de un bostezo.
Asustado, Gojo brinca ligeramente en su lugar mientras suelta un pequeño grito y voltea hacia atrás, encontrando a Shoko.
—Maldita estúpida, me asustaste.— La observa con enojo.
—Se dice “buenos días”— Ieiri centra su atención en las mejillas sonrojadas de Satoru. —¿En qué piensas?
—Nada importante, ¿Por qué?
—A mi no me engañas.
—Cómo digas.— Desvía la mirada hacia las cortinas de la sala.
—Oye, Satoru.— La castaña habla, con una voz más seria.
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★El álbum de fotos (SatoSugu/SuguSato) ★
RomanceSatoru Gojo y Suguru Geto son amigos, ambos están enamorados uno del otro pero no lo saben. ¿Llegarán a ser novios en algún momento o solo será un deseo con el que ambos se quedarán? Su buena amiga Shoko tal vez pueda aportar (estoy cayendo en la lo...