Yongsun, conocida como el soldado de la muerte, tras ser atacada por los hechiceros de Songrim, ella y su compañera Naksu se ven obligadas a usar la alquimia de almas para sobrevivir.
Ahora en el cuerpo de Mudeok y Sooa ambas deben adaptarse para so...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
. . .
La noche caía sobre Jinyowon, pero en el salón principal, la atmósfera estaba cargada de emociones. La líder Jin había convocado a su hija para una conversación que había postergado por demasiado tiempo. Al entrar, su mirada se dirigió primero hacia Sooa, quien permanecía de pie junto a Kang, con el pequeño Hyeon en brazos.
La líder Jin, con los ojos llenos de lágrimas, avanzó hacia Sooa. —¿Es cierto? ¿Eres realmente Jin Da Yeon, mi hija perdida?
Sooa asintió con firmeza, aunque una sombra de tristeza cruzó su rostro. —Sí, soy Jin Da Yeon, pero también soy Sooa.
Sin poder contenerse, la líder Jin la abrazó con fuerza, dejando escapar un sollozo. —Te busqué incansablemente... nunca dejé de creer que volverías a casa. ¿Por qué nunca regresaste, Da Yeon?
Sooa tomó aire profundamente y respondió con voz serena pero firme. —Lo sé y siempre te agradeceré por no rendirte. Pero mi vida estaba en la fortaleza Seoho, con mi abuela y con Kang. Allí encontré amor, paz y un hogar. He construido una familia, y aunque me duele verte llorar, no puedo renunciar a quien soy ahora. Soy Sooa, esposa de Kang y madre de Hyeon.
La líder Jin retrocedió un paso, su rostro mostrando una mezcla de tristeza y comprensión. Antes de que pudiera decir algo más, Sooa continuó: —Pero no estoy aquí solo para hablar de mí. Quiero pedirte algo, madre.
La líder Jin asintió lentamente, emocionada por escucharla decir madre.
—Te pido que aceptes también a Naksu y a Yongsun. Ellas no tienen la culpa de lo que sucedió, madre. Ambas son víctimas de un destino cruel, dos almas que merecen amor y un lugar al que llamar hogar. Confía en la decisión de Bu Yeon, ella dejó su cuerpo en buenas manos.
—Tienes razón. He cometido muchos errores en el pasado, pero no quiero repetirlos. Aceptaré a ambas como parte de Jinyowon, no como reemplazos, sino como quienes realmente son.
Sooa sonrió con alivio, aunque sus ojos estaban húmedos. —Gracias, madre.
La líder Jin asintió con lágrimas en los ojos y extendió los brazos, invitando a todas a unirse en un abrazo.
—Visítame de vez en cuando, y trae a tu esposo y a mi nieto.
7 meses después
La habitación estaba bañada en la luz cálida de una lámpara mientras Yongsun descansaba recostada sobre el pecho de Uk. La paz que habían anhelado por tanto tiempo finalmente se sentía real. Uk sostenía un libro en sus manos, leyendo en voz alta un pasaje que hablaba sobre los cielos y las estrellas, mientras su otra mano acariciaba con ternura el vientre abultado de su esposa.
El bebé se movía con fuerza, y una sonrisa se dibujó en el rostro de Uk. Cerró el libro un momento y, mirándola a los ojos, comentó: —Sin duda, este bebé será igual a ti: inquieto, fuerte y determinada.
