Yongsun, conocida como el soldado de la muerte, tras ser atacada por los hechiceros de Songrim, ella y su compañera Naksu se ven obligadas a usar la alquimia de almas para sobrevivir.
Ahora en el cuerpo de Mudeok y Sooa ambas deben adaptarse para so...
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—¿Cuándo llegaremos?. —cuestiono Jang Uk. —Esto es pesado, estoy sufriendo. No, no seguiré.
—Es la décimo tercera vez que te quejas. Si lo haces de nuevo te meteré esta espada por donde no te da el sol. — amenazó Sooa, ella y Mudeok iban cargando todo el equipaje, y aún así el joven amo no hacia más que quejarse.
—Estamos llevando todo tu equipaje, deja de ser tan nena. —respondió Mudeok.
—Yo soy el amo, y ustedes las sirvientes. —ambas lo miraron. — ¿No se supone que esto debe ser así?
—De verdad que eres insoportable. —se quejó Sooa mientras seguía su camino.
—Sihan avanzando, debo ver algo antes. —anuncio Mudeok.
—¿A donde vas?. —preguntó Uk.
—A relajarme o cortaré tu garganta. —respondió Mudeok dedicándole una sonrisa sarcástica a su aprendiz
—Bien, vaya con cuidado maestra.
Mudeok tomó su camino y Sooa tomó la delantera, dejando a su aprendiz atrás, quien de un momento a otro pasó rápidamente por su lado.
—¿Aquí venden pollo?.
—Ahora dices estupideces. —dijo Sooa
Jang Uk con motivación comenzó a andar a paso rápido. En poco tiempo los dos llegaron al lugar donde Naksu y Yongsun crecieron. Sin embargo, no era como Yongsun lo recordaba.
—¿Dijiste qué era un lugar horrible?, veo que siempre fuiste codicioso Sooa. —dijo Uk revisando cada parte de la pequeña casa. —Hasta tienen una bañera.
—Esto no era así. —aclaro Sooa. —Algo no está bien.
—Es obvio que no. —hablo Uk. —Este lugar es perfecto para criar tres hijos, incluso si Mudeok se quiero casar con Yul puede hacerlo. Aun qué deberíamos ampliar el lugar.
Sooa lo miró desconcertada. —¿Qué?, ¿hijos?, ¿casarse? ¿En que piensas idiota?, venimos a entrenar.
—Pues no lo parece. Más bien parece que me trajiste aquí para sentar cabeza, no bromeabas cuando dijiste que soy tu tipo.
—¡Oye!, ¡Te dije que pares!, no... cruces la línea. —pidió Sooa
—Ya es tarde. —Jang Uk se acercó a ella. —Ya le he cruzado.
