Yongsun, conocida como el soldado de la muerte, tras ser atacada por los hechiceros de Songrim, ella y su compañera Naksu se ven obligadas a usar la alquimia de almas para sobrevivir.
Ahora en el cuerpo de Mudeok y Sooa ambas deben adaptarse para so...
Seo Yul permanecía observando aquel árbol donde su primer amor rompío en dos su sincera y pura confesión; guardando en su corazón los recuerdos que compartieron como si se tratará de un secreto.
—Despertó muy temprano, ¿Qué hace aquí?. —Yul dio la vuelta para encontrarse con Mudeok.
—¿Tú qué haces aquí?. —preguntó Seo Yul.
—Atrape un faisán, para cocinarselos. También haré arroz con nueces. —respondió la castaña enseñándole el ave en la cesta.
—No tienes que preparar el desayuno. Nos iremos cuando Dang gu despierte. —Yul miró a Mudeok su aura le recordaba tanto a la chica de ese entonces. —Bebiste demasiado, debes tener resaca. Deberías seguir descansando.
—Estoy bien, de todas maneras cocinare para Jang Uk y Sooa, esos dos duermen hasta tarde. — dijo ella
—En ese caso, te ayudaré. Haré el arroz. —se ofreció el joven, tomando la cesta para ayudar a Mudeok.
—¿Sabe prepararlo?.
—Lo haré si me dices como. — Yul le dedicó una sonrisa.
—De acuerdo, vamos.
(...)
—Dijo que podía hacerlo si le explicaba. Incluso dijo que era muy simple. — dijo Mudeok viendo como gran parte del arroz qué Yul cocino esta quemado.
—No es nada simple. —admitió el chico con pena. —Me equivoque.
—¿Qué haré?, esta muy quemado. —se quejó la castaña
—Lo siento.— murmuro Yul encogiendose de hombros—Te lo compensare, hay vegetales, yo los cortaré para ti.
—Agh, pero si es un gran desperdicio de arroz.
Mientras Mudeok seguía regañando a Yul, Dang gu quien apenas despertaba, los observaba desde la puerta.
—Oye Dang gu, deberías bañarte aquí antes de irte. —habló Uk saliendo de la ducha.
—Debería hacerlo amo Park, el agua es mineral, le dejara la piel suave. —dijo Sooa secando su cabello con una pequeña toalla. —También desayune algo, iré ayudar a Mudeok...
—Espera.— dijo Dang gu evitando que Sooa saliera. —No será necesario, Mudeok y Yul están cocinando juntos.
—¡¿Juntos?!. —exclamaron al mismo tiempo Uk y Sooa.
—Si, juntos.
Desde la ventana los tres jóvenes observaban como Mudeok regañaba, ordenaba y ayudaba a Yul, quien claramente no tenía ni idea de lo que hacía.
