Tonemi Shinden || El Diente De León

Capítulo 41: "La sensei y la mano derecha"

-¿Qué es... esto?

-Tampoco lo podía creer. ¿No recuerdas nada?

Ella negó.

Después de descargar su pena con un Kakashi que no estaba acostumbrado a los abrazos y se andaba tragando la sorpresa de que Tonemi estuviera viva (todavía no lo asimilaba en su totalidad), los dos jonin caminaron hacia la habitación de la chica, quien miraba con total sorpresa lo desordenada, sucia y por sobre todo, ensangrentada, que se encontraba.

Como si un cuerpo hubiese muerto allí.

-La ventana que da al patio está destrozada. -la mujer habló-. Y no está ni mi máscara ni mi hitai-ate de la aldea.

Kakashi suspiró.

-Eso... lo tengo yo. -dijo-. Yo guardé algunas cosas tuyas. La foto que tienes con Obito, también la tengo. -suspiró con algo de vergüenza.

Los latidos de ambos se aceleraron.

-Gracias. -recibió una sonrisa y le correspondió-. Lo que todavía no entiendo es qué pasó aquí.

De pronto y como un rayo, sus pensamientos se mezclaron y su cabeza comenzó a doler. Cientos de palabras sin sentido comenzaron a invadir su cabeza a ritmos rápidos, subiendo su temperatura corporal, acelerando sus latidos y provocándole una especie de arritmia. Sentía que se estaba ahogando.

"Huye."

"¿Qué?"

"Sella mis recuerdos."

"Tonemi, dijiste que podía confiar en ti."

"Conflictos"

"Shisui, él..."

"Si me mataste debe ser creíble, ¿no?"

"Danzo"

"Los altos mandos de Konoha"

"Nos veremos la próxima vez"

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-... nemi! -escuchó.

Su corazón bajó la intensidad y sus latidos dejaron de reventar sus tímpanos. La visión se aclaró, permitiéndole presenciar a Kakashi frente a ella, acunándola cual bebé, tomando una de sus mejillas con una expresión preocupada y ansiosa.

-¡Tonemi! ¡Tonemi! -exclamó-. ¿Estás aquí? -la vio asentir debilmente, algo anonadada-. Estás pálida, te desmayaste. ¿Segura que está todo bien? -no la vio responder-. Debe ser demasiado que procesar. Vamos, salgamos de aquí.

Sintió cómo era levantada y acunada en su compañero. Su transformación se deshizo y Kakashi suspiró, haciendo que su rostro se apoyara en su pecho para que nadie la pudiese ver. Ella cerró los ojos, sintiendo el calor de Kakashi y poco a poco su cuerpo se relajó, dejándola descansando plácidamente en aquello que formaba parte de su hogar. El viento del viaje se mecía en ellos, dejándolos frescos y llenos de recuerdos de todo lo que habían vivido juntos.

La aldea de la hoja, activa y repleta de visitantes, anunciaba ya su entrada a la noche. Kakashi buscó con la mirada su departamento para llevar a Tonemi a que se quedara en él, pero la joven tironeó débilmente su chaqueta para decirle que tenía unas habitaciones y su equipo quizá la estaba esperando. El ninja que copia asintió, llevándola al hotel donde residen los ninjas visitantes para los exámenes chunin, para sorprenderse de ver a Pakkun al lado de tres muchachos que estaban abriendo la puerta de una de las habitaciones, discutiendo al mismo tiempo.