capitulo 24 Dos reyes demonios enamorados.

56 3 4
                                    

Nota: hola perdón por la demora tuve ciertos inconvenientes. gracias por las estrellas y los comentarios me hace sentir menos sola.

Medrray junto a shuna siguieron buscando a sus señores pero estos nunca los encontraron.

En toda la noche.

Éstos dejaron una nota solamente diciendo " estamos bien no se preocupen"

Alejados de ahí rimuro y Milim se encontraba en la casa de rimuro, se habían transportado a tempets.

A un lugar más tranquilo donde no pudieran interrumpir lo que sucedería.

¿Cómo llegaron ahí?

Fácil, Los Dos son reyes Demonios. Broma no es decir que estos dos són los seres más fuertes, el único igual, son ellos mismo.

 Broma no es decir que estos dos són los seres más fuertes, el único igual, son ellos mismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dos reyes demonios enamorados.

[ Señor rimuro no es por ser metida pero creo que debería rehabilitar su resistencia contra el alcohol]

Habló en la mente de rimuro pues este había consumido algo de alcohol en la fiesta

¿Porque?

Unos momentos antes de encontrarse con Milim había estado haciendo competencia con Benimaru sobre quién toleraba más el alcohol.

Obviamente rimuro ganó.

Pero su conciencia se vió un poco afectada al igual que su juicio.

Esa voz

La voz de Milim lo hacía caer en esa tentación que intentaba alejar

[Bueno yo sé lo dije...]

Rimuro ignoro a ciel.

A contrario de lo que ciel creía, rimuro estaba en su sano juicio pues el solo había activado su resccitencia.

Si el estuviera bajo los efectos del alcohol probablemente habria terminado sin recordar nada de lo que está pasando.

Desde el minuto que vio a Milim activo su resistencia y eliminó el alcohol.

Pues no quería perder ni un minuto ni una sola imagen de Milim atraves de sus ojos.

Volviendo a la realidad

Milim, tan cerca de él, hizo que Rimuru sintiera una mezcla de sensaciones que jamás había experimentado. Su mente seguía despierta, absorbiendo cada detalle, cada segundo de lo que sucedía. Aunque el alcohol había sido eliminado de su sistema, la intensidad del momento parecía haberlo reemplazado con una clara intensidad diferentes .

A pesar de la cercanía, Rimuru no podía evitar sentir una extraña tensión, como si el mismo tiempo hubiera sido detenido. 

El suave roce de los labios de Milim contra los suyos, el calor de su aliento, todo parecía estar envuelto en una atmósfera de calma y misterio. Era como si, en ese momento, todo lo demás hubiera desaparecido: las preocupaciones, los peligros.

Ambos permanecían suspendidos en ese beso, sin prisa, como si el mundo entero se hubiera reducido a ellos dos. Rimuru, con la respiración contenida, se permitió un instante de concentración total en el tacto y la esencia de Milim. 

Su cuerpo, al igual que su mente, estaba completamente inmerso en la experiencia, sin pensar en lo que vendría después. Porque en ese momento, no había nada más importante que estar allí, con ella

No había prisa. No había un después que importara. Solo ese instante, suspendido entre lo que eran.

Los dedos de Milim se aferraron con suavidad a la tela de la ropa de Rimuru, como si temiera que ese instante pudiera desvanecerse si lo soltaba. Pero no había prisa. No había miedo. Solo la certeza de que, en ese momento, estaban juntos, y nada más importaba.

Rimuru sintió cómo su propio cuerpo reaccionaba ante la calidez de Milim, cómo su pulso se aceleraba con cada leve movimiento de ella. Era una sensación extraña, completamente distinta a cualquier batalla o enfrentamiento que hubiera vivido. No era la emoción del peligro ni la adrenalina de la lucha. Era algo mucho más sutil, más profundo, más íntimo.

Milim separó apenas el rostro, lo suficiente para mirarlo a los ojos. Sus pupilas brillaban con una intensidad que Rimuru nunca había visto antes en ella, como si en su interior hubiera una tormenta contenida.

—Rimuru... —susurró su nombre con una suavidad que desarmó cualquier pensamiento lógico en su mente.

Él tragó en seco, su mirada atrapada en la de ella. No había palabras necesarias, y sin embargo, la pregunta estaba allí, flotando entre ellos, sin necesidad de ser pronunciada.

Rimuru levantó una mano, rozando con delicadeza la mejilla de Milim. La sensación de su piel era cálida, viva, como si en ese momento la realidad misma estuviera concentrada en ese punto de contacto.

—No quiero que esto termine —confesó en voz baja, sin siquiera pensarlo.

Milim sonrió, pero no con su típica expresión traviesa o arrogante, sino con una ternura que le era casi desconocida.

No, esa mirada le era conocida pero ahora lo conocida mejor.

tambien sabia cual era ese pequeño brillo en sus ojos, ese destile de lujuria.

—Entonces no dejemos que termine —susurró, acercándose de nuevo.

Y en esa quietud, en ese momento suspendido en el tiempo, Rimuru comprendió algo que quizás siempre había sabido, pero que nunca se había permitido aceptar:

No importa cuán fuerte fuera, no importa cuán poderoso se sintiera. En ese instante, en los brazos de Milim, era simplemente él mismo. Y eso... era suficiente.

nota: perdón por las faltas ortografías pero aquí se los subo, si hay falta ortograficas es por qué bueno, se supone que estoy en una clase de capacitación de la Uni, jajaja y yo aquí escribiendo ésto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𓆩♡𓆪 𝐷𝑜𝓈 𝑅𝑒𝓎𝑒𝓈 𝐷𝑒𝓂𝑜𝓃𝒾𝑜𝓈 ¡¿𝐸𝒩𝒜𝑀𝒪𝑅𝒜𝒟𝒪𝒮?! 𓆩♡𓆪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora