Capítulo: Un Rayo de Luz en la Oscuridad
En la habitación de Milim, el ambiente estaba tenso pero cargado de afecto.-Diablo, ¿Cómo está milim? -preguntó Frey, observando a Rimuru con preocupación evidente por Milim.
Rimuro ignorando la pregunta dijo-...Frey, si no es mucha molestia, ¿puedo quedarme un tiempo hasta que Milim se recupere?
-Bueno, lo que dices, talvez pueda ser pero no tendrías inconvenientes con tu nación... - habló Frey consciente de las responsabilidades que pesaban sobre Rimuru.
-Pero si no tienes problemas en quedarte aquí, eres más que bienvenido. Aunque no estamos en las mejores situaciones -intervino Carrión, observando el caos que había dejado la reciente batalla.
-Será mejor que vaya a ver cómo va todo allá fuera. Aún seguimos reconstruyendo algunas casas y edificios pequeños -añadió Carrión, preocupado.
-Además, no podemos dejar que el duro trabajo de Milim se desperdicie -completó Frey.
-Es cierto, ella ha estado trabajando duro por el reino -dijo Carrión, mientras una sombra de preocupación cruzaba su rostro.
-Eh... así es -respondió Rimuru, sintiendo la carga que todos llevaban.
-Sí, hay noches en que Milim no duerme por estar trabajando -continuó Frey, recordando la dedicación de su amiga.
-A veces tenemos que ir hasta su oficina y decirle que descanse -suspiró Carrión.
-Milim ha cambiado mucho desde la pelea contra Yuki -reflexionó Frey, haciendo que Rimuru se quedara en silencio. Sabía que Milim se preocupaba por su bienestar, y que en un futuro no muy lejano se convertiría en una gobernante respetada y amada por su pueblo. Este pensamiento le llenó de orgullo.
-Bueno, Rimuru, me acordé que tengo que hacer algo respecto a las reparaciones de la capital y los pueblos cercanos -dijo Frey, volviendo a la realidad.
-Si pudieras quedarte y cuidar de Milim, sería de mucha ayuda, ya que Mildray está ocupado viendo si alguien resultó herido y Carrión va a organizar a los que perdieron sus casas -continuó Frey.
Rimuru asintió, sintiendo la responsabilidad que recaía sobre él.
-Además, creo que también será necesario explicar el terrible poder que se desbordó en toda la nación de Milim. No solo el reino sintió esta energía... -añadió Frey.
-También hay que avisar al cielo sobre lo que sucedió y la salud de Milim... -intervino Carrión.
-Supongo que los demás reyes demonios también sintieron este poder -concluyó Frey.
-Sí -asintió Rimuru, decidido.
-Debemos avisar a los demás señores demonios.
-Yo me encargaré de eso -ofreció Rimuru.
-Te lo agradecería mucho -respondió Frey con gratitud.
-Benimaru.
-No hace falta que lo diga -interrumpió Benimaru, con una sonrisa comprensiva.
Todos asintieron, sabiendo lo que tenían que hacer.
-Nuevamente, muchas gracias por ayudarnos a mí, a Milim y a todos los que viven en este reino -dijo Frey, antes de marcharse.
-De nada, solo estoy haciendo lo que un "amigo" hace por su "amiga" -respondió Rimuru, con una sonrisa.
Frey y Carrión se despidieron para informar al cielo y supervisar otras tareas. Benimaru y el resto de los 12 patrones Tempest fueron a comunicar que su señor estaría ausente por un tiempo, hasta que Milim se recuperara. También se organizaría un Wualpurgis para explicar la condición de Milim y el inmenso poder que se había sentido.
Al final, solo quedaron Milim y Rimuru en la habitación.
-Esto no es nada... No sé por qué Frey me agradece tanto -pensó Rimuru, sonriendo dulcemente mientras se acercaba a la cama de Milim. Se arrodilló, tomó su mano y la besó suavemente.
-Cuando estoy hasta la cima de trabajo, ella siempre viene a verme... ella es... mi luz, mi estrella... la persona que me da felicidad -reflexionó Rimuru, sintiendo un cálido rubor en sus mejillas.
Ese sentimiento era diferente a lo que había experimentado con su familia; era cálido y hermoso, algo que no podía describir.
-Y... siempre me hace sonreír -pensó-. ¿Por qué no haría lo mismo por ella? Si ella está en peligro... yo la salvaría sin dudar.
Aunque sabía que Milim era fuerte, su amor por ella lo hacía sentir protector.
Así, Rimuru recordó un momento del pasado, cuando Milim había llegado para sorprenderlo.
Él estaba descansando bajo un árbol, profundamente dormido después de tanto trabajo. Milim, al darse cuenta de que llevaba casi dos meses ocupado, decidió que era hora de sacarlo de allí para que pudiera descansar un poco.
Se acercó con sigilo, y al verlo dormir, sonrió. Se inclinó suavemente, y cuando Rimuru abrió los ojos, lo primero que vio fue a la hermosa Milim, con su cabello rosado y ojos azules que brillaban como el cielo.
-¡Buenos días, Rimuru! -saludó Milim, con alegría.
Rimuru sonrió suavemente y le dio unas palmaditas en la cabeza.
-...Buenos días, Milim -respondió, sintiendo que ese simple encuentro iluminaba su día.
Así, en la habitación, mientras Milim descansaba, Rimuru se quedó a su lado, decidido a protegerla y a ser la luz que ella había sido para él.
Si eran reyes demonios "ser" o "tener" una luz en ellos podría ser una debilidad pero ellos no lo veían así para ellos, era una calidez que disfrutaban en silencio, nunca lo habían dicho en voz alta o talvez si pero que: ¿tan enserio fueron? Ese era punto decisivo. Amor o simplemente amistad.
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𓆩♡𓆪 𝐷𝑜𝓈 𝑅𝑒𝓎𝑒𝓈 𝐷𝑒𝓂𝑜𝓃𝒾𝑜𝓈 ¡¿𝐸𝒩𝒜𝑀𝒪𝑅𝒜𝒟𝒪𝒮?! 𓆩♡𓆪
FanfictionDos reyes demonios... ¿Enamorados?