Ana.
- No, será mejor que no... - Tomando a Ed entre mis brazos, intenté no discutir con Ara.
- ¿Es por Jace, no? ¿Acaso es por eso?
- No, sólo que...
- ¡Por dios, Ana! ¡Sólo te estoy pidiendo que almuerzes con nosotros! - Exclamó, mientras colocaba los platos sin mucho cuidado.
- ¡Ya basta!- Grité, sintiéndome mal.- Tú... ¡Sólo no me entiendes!- Girando sobre mis talones, caminé hacia mi habitación. Al llegar me recosté en mi cama junto a él.- ¿Cuándo tendré un poco de paz, Ed?- Sonriéndome, comenzó a jugar con mi collar. Pasados unos minutos, se durmió entre mis brazos. Recostándolo en su cuna, sonreí, observando sus rasgos.
- Eres tan parecido a él... Tan parecido a Harry.- Cerrando por un momento mis ojos, me imaginé qué hubiera sido de mi vida junto a él, sin problemas. Parpadeando varias veces, intenté etener las lágrimas. Caminando hacia mi escritorio, tomé mi computadora. Fijando mis ojos en el buscador de Google, escribí letra por letra su nombre que significaba mi salvación pero también mi perdición. Dando click, segundos más tarde, un sin fin de resultados aparecieron frente a mis ojos. Buscando en videos, me encontré con uno que había sido grabado hacia una semana, en Londres.
- Londres... - Murmuré, sintiéndome melancólica. Reproduciendo el video, mordí mis labios, hasta el punto de lastimarme. Sin pensarlo, comenzé a sentirme culpable de aquel rostro que tanto amaba pero que demostraba dolor y tristeza.- Te extraño Harry... Te extraño tanto.- Inhalando aire bruscamente, lloré sin poder abandonar esa tristeza que albergaba en mi corazón. - Te amo... Te amo, Harry.
Harry
- ¡Maldita sea! - Exclamé, sintiendo cómo café quemaba mi estómago.- ¡Lo que me faltaba!- Sacando mi camisa pegajosa y manchada, subí hacia mi habitación. Abriendo bruscamente mi armario, busqué otra camisa limpia y colocándomela, giré sobre mis talones. Recordando que olvidaba mi reloj, abrí el primer cajón de mi mesita de luz , encontrándome con el mismo. Deteniéndome por un momento, desvié mi atención a la pequeña caja de color rojo que se encontraba abandona en una de sus esquinas. Tomándola con mi mano temblorosa, cerré mis ojos, tratando de que todo el dolor que tanto evitaba no se colara en mi débil conciencia.
- Debería deshacerme de cada cosa tuya. - Susurré, tomando el reluciente anillo de matrimonio.- Sin embargo, aquí estoy... amándote. - Apretándolo con rabia entre mis manos- Y odiándote, a la misma vez, con todo mi ser. - El sonido del timbre hizo que retomara la realidad. Caminando hacia la plata baja, recibí a Nick junto a Lizzy.
Lizzy
- Sigo pensando que es una mala idea... - Susurré, al bajar de la camioneta.
- Harry era su prometido, iban a tener un hijo. ¿Cómo no le voy a permitir acompañarnos?- Contestó, Nick un poco cansado.
- Sí, pero no olvides que también la ha rehusado. - Haciendo una mueca, volví a recordar sus palabras hirientes en el funeral de Ana. - ¡Él piensa que es una asesina! Y eso me duele, ¡No lo soporto!
- ¡Sí, eso también lo sé! ¿Tú crees que no me duele? ¿Qué no siento el mismo dolor que tú sientes?- Repusó, demostrándome su debilidad en sus ojos marrones.
- Será mejor que entremos... - Caminando hacia la puerta, toqué el timbre.
- Por favor, no quiero peleas. -Al tomar mi mano, intenté liberarme de ella. - Es el aniversario de la muerte de Ana, de mi hija.- Susurró, con su voz casi apagada.
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Matchpoint. (Harry Styles)
Novela JuvenilUn disparo era lo único que se necesitaba para crear este espacio entre los dos. La pregunta es, ¿Quién será el primero en decir adiós?