Capítulo 43- ¿Dos?

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Diana

Lentamente, volví a sentir el calor y la plenitud del movimiento en mis dedos pero el dolor que comenzaba a martillar mi cabeza era lo suficiente fuerte como para hacerme olvidar hasta de mi nombre. Removiéndome en una superficie blanda, traté de recordar qué había pasado para que terminara en esa situación pero ni bien algunos recuerdos vinieron a mi mente, bajé de aquella cama para tambalearme por el piso de madera hacia la puerta que se encontraba enfrente de mí. Girando la perilla me di cuenta que la puerta estaba cerrada. ¿Acaso esto no era un claro indicio de que estaba secuestrada? ¿Sería Erick el que estaba detrás de todo esto? Sintiendo el ruido metálico de unas llaves, me alejé torpemente de esa pieza de madera para buscar un refugio temporario para mí y para mi bebé. Mientras mis ojos se llenaban de lágrimas por sentirme acorralada e indefensa, la luz del pasillo se topó con el tapizado y con mis pies descalzos. Un par de tacos comenzaron a resonar y el sonido de ellos rodeó la cama para llegar hacia donde me encontraba. Sin mirar quién podía ser, me mantuve temblado y rogando que esta pesadilla se terminara pronto.

- ¿Estás bien?-. Reconociendo su voz, abrí mis ojos desmesuradamente para encontrarme con la doctora West. ¿No estaba muerta?

- Doc… ¿Doctora West?-.

- Parece que te sorprende verme, Diana-. Acercándose, tendió su mano y cuidadosamente, me recosté con su ayuda en la cama ya que todavía me sentía  mareada.- Te haré una revisión general y una ecografía para saber cómo está el bebé-. Fijando su mirada en mi vientre, instintivamente crucé mis brazos sobre este. No permitiría que nadie le hiciese daño mientras tuviera fuerza para luchar.

- ¿Por qué me trajeron aquí?-.

- ¿Por qué puede ser?-. Caminando hacia un costado de la habitación, abrió una puerta que no había visto hasta el momento.- Si quieres usar el baño, hazlo. Está para tu entera disposición-. Entrando, dejó que pensara en su respuesta que más que ayudar, generó más dudas.- Por cierto, necesito que uses esto. Será más cómodo para ambas-. Depositando una vestido de hospital, sonrió levemente para salir. Tomando a la prenda entre mis dedos pensé en la situación y suspirando pesadamente, comencé a quitarme mi ropa para luego traspasar lo anterior sobre mi cuerpo.

- Sólo espero que salgamos pronto de esto, bebé-. Murmuré en cuanto la vi empujar un carrito con unos aparatos de ecografía hacia mí.

Harry

- ¿Y hablaste con Diana?-. La pregunta de mi hermana logró descolocarme ni bien pude poner un pie en la cocina.    

- No, todavía no-. Sentándome en uno de los taburetes, me serví un vaso de jugo para borrar el sabor amargo y denso del alcohol en mi lengua ya que me había ahogado con los tragos que Niall me ofreció durante el pequeño festejo que se realizó en la casa de Nick pero más que festejar, me dediqué a pensar por qué Diana no pudo estar presente. Tal vez, todo se hubiera solucionado si hubiésemos hablado pensé.

- Seguramente, ya estará en casa de Lizzy. No puede vivir sin sus dosis de galletitas de chocolate matutinas-. Sonriéndome, se levantó de su asiento para alistar sus cosas e ir a trabajar, algo que en un principio asombró a todos pero que sin dudas ayudó a que se consolidara todavía más como una mujer fuerte e independiente.- Nos vemos, Harry. No olvides llamarla-. Besando mi mejilla apresuradamente, sólo alcancé a agitar una de mis manos al estar comiendo con desgano una de las tostadas que ella había preparado con mantequilla y mermelada. Poco después, en cuanto mi estómago estuvo saciado, busqué mi celular y dudando por unos segundos, marqué finalmente al número de Diana. Sin embargo, en cuanto la contestadora tomó la llamada, un presentimiento raro me invadió. ¿Y si le había pasado algo?

Matchpoint. (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora