Capítulo 5 - "Londres me espera"

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Ana.

- ¿En serio?- Sin poder creerlo, me recosté, en el confortable sofá del despacho.

Araceli: Sí, no pensé que te llamaran. - Suspirando profundamente.- Aunque, desde un principio, sabíamos que podía suceder.

- ¿Y dónde tendría que ir?- Pregunté, un poco preocupada. - No podría dejar a Ed por demasiado tiempo. - Suspirando, recordé los últimos días. ¡Había sido un verdadero dolor de cabeza! No sólo se había enfermado Lux de gripe, sino que, Ed también lo estaba y se lo había transmitido ella y en poco tiempo, toda la familia lo estaría.

Araceli: No lo sé... - Encogiéndose de hombros, tomó su computadora y comenzó a buscar algo.- Seguramente te lo habrán notificado por correo. - Entregándomela, coloqué la contraseña.

- ¿Tú crees que deba viajar lejos?- Pensar en esa idea, quise retroceder por un momento pero, la idea de salvar una vida, fue más fuerte que el miedo infundado que mi mente creaba.

Araceli: El primer correo. - Murmuró, haciendo que automáticamente, lo abriera. - Bien, sí me permites quisiera leerlo. - Permitiendo que lo hiciera, escuché a Ed llorar.

- Enseguida vuelvo.- Caminando apresuradamente hacia su habitación, me detuve al escuchar reírlo. ¿Acaso había escuchado mal? Entrando, me sorprendí al verlo; Jace lo mecía y Ed sonreía, con sus ojos entrecerrados.

- Pensé que no estabas... Quiero decir, que estabas trabajando. - Bajando mi mirada, me sentí incómoda. ¿Cómo actuar ante un hombre que se me insinuaba y encima trataba a su hijo con el suyo? Bueno, lo último, lo aceptaba. Hacía lo mismo con su hija pero todo tenía un límite y principalmente, con lo primero.

Jace: Acabo de llegar. - Besando la frente de Ed, lo recostó en su cuna. - Y no pude resistirme a verlo. He estado preocupado por él y Lux.

Mordiéndome el labio, retuve las palabras, que debía decir pero no me animaba a hacerlo.

- Bien, si no te importa. - Acercándome a la cuna. - Quisiera un momento a solas con mi hijo.

Jace: Bien... - Haciendo una mueca, se alejó.- ¿Dónde se encuentra Ara?

- En el despacho. - Haciendo caso omisivo a sus gestos, acaricié el cabello de Edward y luego, deposité un beso en su regordeta mejilla. - Eres tan hermoso. - Él, suspirando pesadamente, estrujó con ternura su manta.

Girando sobre mis talones, me encontré con él, observándome. Frunciendo el ceño, intenté pasando por su lado pero su mano cerrándose sobre una de mis muñecas, hizo que me detuviera.

Jace: Necesito que hablemos. - Sintiendo su aliento sobre mi rostro, me alejé, todo lo que pude. - No te haré daño.

- ¿De qué debemos hablar? - Sosteniéndome la mirada, me sentí perdida, en su mirada azulada.

Jace: De lo que pasa entre nosotros. - Entrelazando su mano con la mía, sentí mi piel erizarse.

- Yo, no... - Sin saber que decir, callé por un momento. El silencio, a veces, era el mejor amigo.

Jace: Te amo Ana y eso no puede cambiar de la noche a la mañana. - Acariciando mi mejilla, hice que suspirara. No sabía cuándo necesitaba cariño pero no de él, pensé.

- Tampoco puedo cambiar, lo que siento por... - Sintiendo sus largos dedos sobre mis labios, fruncí el ceño.

Jace: No hace falta que lo digas pero... ¿Eso nos limita a intentar algo?

Pensándolo de esa manera, tenía razón. El amor no limita, sólo que uno es fiel a lo que ama.

- Bien, en el caso de que lo intentemos... ¿Qué podría esperar de ti? - Esperando su respuesta, pensé que lo que estaba haciendo no estaba bien.

Matchpoint. (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora