Mis razones para mentir

Epílogo: He terminado

La luz del sol quema a pesar de estar bajo la escasa sombra de aquella isla. Tal vez la sombra no sea la única escasa, la comida también.

Me pregunto cómo se encontrará Alec en este momento... De más que está bien, él es muy fuerte.

Observo el pequeño bulto de arena a unos pasos de mi; Hay un cadáver. De un niño, para ser exactos. Murió ayer en la noche, consumido por el frío y el hambre.

Su nombre era Pyer, lo enterré ésta mañana. Habíamos sido los únicos sobrevivientes del accidente, pero ahora sólo quedo yo. A veces pienso que terminare igual que todos; muerto. Moriré en el trascurso de cumplir mi sueños.

Me levanté del sueño y me adentré al pequeño bosque de la isla, pero si supieran las veces que lo he hecho para poder encontrar algo que comer o algo con que poder huir... No me gusta sonar así, pero no hay más opciones. Moriré y punto.

Han trascurrido doce días desde el accidente y aún nadie se digna a buscar sobrevivientes.

Me preocupa Alec.

Necesito volver, él me necesita. Yo lo sé. Debo volver.

Escuché el sonido de mi estomago nuevamente. Escale a un árbol e intente sacar un coco, pero caí. Me golpe muy fuerte en la espalda y en la cabeza. Estoy tan débil que ya no consigo levantarme.

Pierdo esperanzas de sobrevivir cada día.

Hasta que escuché un helicóptero. Me levanté a pesar del dolor y corrí con todas mis fuerzas. Al poder observar el cielo sobre mi se encontraba mi salvación.

- ¡Aquí! - Exclamé a todo pulmón - ¡Oigan!

Me señalaron. Supe en ese instante que volvería a ver a Alec. Me subieron al helicóptero y me preguntaron tantas cosas que no logré procesar bien. Pero estaba a salvo.

Al pasar unas horas que me parecieron eternas llegamos a mi adorado país. Me integraron a un hospital para revisar mi condición física y psicológica. Todo estuvo bien.

Hice lo posible para demostrarles a los doctores mi perfecta condición, pero me obligaron a quedarme por dos días más. Llamé a mi familia y les dije que estaba bien, que todo estaba bien, pero no le dije a Alec, quería que fuese una sorpresa. Un policía generosamente me llevo a mi hogar, corrí por las escaleras del edificio y me pare frente la puerta del departamento.

Entré.

- ¡Alec! - Exclamé.

Y me horrorice.

Alec estaba muerto. Su cuerpo estaba rodeado de sangre y su mano sostenía un arma.

No sé cuánto tiempo estuve en shock, no sé como actué de la nada y me arriesgue a llamar a la policía. No sé como me arriesgue a tomar el cuerpo de mi hermano y estrecharlo contra mi pecho, llorando, que todo eso fuese mentira.

- Se suicidó - fue la conclusión del detective-. Hasta dejo una carta, señor.

Tome la carta y la leí.

"No creo que sea posible que alguien encuentre esto, ni menos mi cadáver. Pero si eres Anthony o Ciro... solo quiero pedirte una cosa: Perdón. Yo sé que esto no tiene arreglo, que no volveré a la vida otra vez.

Si eres Anthony... Me alegro que hayas sobrevivido, y perdón por no recibirte como querías, cómo se debería. Te quiero y lo siento. Pero la falta que me hiciste me superó... aunque gracias a tu presencia conocí a Ciro.

Ciro, tú sabes que te amo, lo hago y lo haré siempre. Desde que decidiste terminar con nuestra relación sentí que todo se fue a la mierda, y más cuando Anthony se fue. Fuiste mi base ante todo eso y, te destruiste. Me destruiste. Cuándo me dijiste que hiciste explotar el avión donde iba tu familia y mi hermano sentí... mierda. ¿Sabes qué? Te odio, pero a la vez te amo como loco.