Nada más

727 62 12
                                    

En el camino de regreso a mi casa me encontre a mi querido barbón, a Sora, que no notó que ahora una cría de tigre blanco me seguía.

-Hey Reiki, acabo de llegar de aquella misión larga, ¿cómo has estado?.- pregunto enérgico con una gran sonrisa que hacia que sus ojos se achicaran y las arrugas de los mismos se notaran más

-Excelente Sora... oye, ¿podría quedarme unos días en tu casa?.- él me miró extrañado, y como no si se lo dije de golpe pero acepto

-¿Hay alguna razón especial por la cual quieras quedarte conmigo?.- claro que la había, no quiero toparme con nadie por un rato, y Sora es con quien me siento más a gusto.

-No, solo te he extrañado.- el me.abrazo y estrujo mientras lloraba nostálgicamente recordando cuando era niña. Nos despedimos, quede de ir a su casa en la noche y mientras fui a comprar algo de comida.
En la tienda vi a Kakashi caminar por la aldea, cínicamente me sonrió por lo que note en su mirada y se fue, sin más.

No volveré a sufrir por el... ni por nadie ni nada más

Pagué mis cosas y en el camino el tigre se metió en problemas con un gato que era de una señora, claro recibí mis regaños y continué mi camino.

Al instante se me vino el nombre perfecto para mi nuevo amigo, Wan, si sonaba raro pero me encantó.
Al llegar a mi casa la tarde entera me la pase viendo televisión y comiendo como una adolescente hecha pedazos, y así me sentía, la persona que amo, que le entregué lo más íntimo de mí no sentía el más mínimo afecto... Obito esta muerto igual que Rin, todo lo que amo se va, debió de haber sido mejor nunca relacionarme con nadie, de esa manera nunca hubiera sido lastimada, pero... lo hecho, hecho está, puedo salir de esto.

Me encaminé con Sora, intenté que Wan se quedará con otras personas mientras yo estaba en otro lugar, pero no es nada accesible así que viene conmigo.

Nadie nunca me dijo la verdad de que crecer era tan díficil, aunque siempre fue difícil para mí.

-¡Reiki!.- un gritó me sacó de mis pensamientos, era otra barba pero con cigarrillo

-Asuma, ¿qué tal?.-

-Normal, ¿a dónde vas con esa mochila?.- apuntó a mi voluptuosa mochila

-Me quedaré en casa de un amigo unos días.- antes de contestarme, Wan le trepó la pierna lastimandolo un poco con las garras

-¡Auch! ¿y este gato?.- dijo mientras se lo quitaba de encima y me lo entregaba

-Lo encontré y me empezó a seguir.- el asintió

-Algo malo esta pasando, se corré un rumor tuyo y de Kakashi.- aquello me aceleró el corazón

-Da igual, lo pasado a la basura.- sonrió y nos despedimos. Caminé hasta con Sora que sería masomenos al fin del mundo, ese hombre vive en lo más recóndito de la aldea, llegué y al pasar el tenía un enorme buffet.

-¿Y esto?.- el me miró raro

-Solo un regalo... me he enterado lo que paso con Ka...-

-Ah sisi, dejalo para después.- le interrumpí y el sabía perfectamente que significaba.

Comimos alegremente pero ese sentimiento de tristeza seguía presente en mí, Sora lo notó y no dudo en dejarme sola, subí a una habitación y el se encontraba en la estancia.

En la cabeza me retumbaban las palabras que Sora me dijo hace muchos años "la vida no te hace conocer personas solo por casualidad", puede que no hayan sido muchos momentos los que pase con él pero, lo amo y odio admitirlo, ¿porqué la vida hiso que lo conociera? ¡¿para qué?!. Aunque creo que un "año" de amor, por lo menos de mi parte, es mejor que una vida sola, tuve mis momentos con él.

-¿Qué es lo que quieres?.- escuché la voz de Sora, pero en un tono que jamás lo había escuchado, realmente molesto

-Me dijeron que Reiki esta aquí.-
-Ella no quiere verte... porque no mejor vas a leer libros pervertidos y a tener sexo con medio mundo.- al instante supe de que estaba hablando, baje las escaleras y estaban ahí discutiendo.

-Sora, déjalo.- su mirada era de enojo pero se apartó y subió a ducharse, o por lo menos la regadera se escuchó

-¿Quieres hablar?.- preguntó Kakashi con tranquilidad

-Si, pero aquí no.- salí y caminamos hasta aquel árbol donde una vez el equipo 7 con Sasuke nos estaba espiando, la mayoría en la aldea nos miraban, los que sabían el rumor supongo. Llegamos y yo me recosté en el césped, el se sentó y comenzó a hablar lentamente y a su modo de otras cosas.

-¿De eso quieres hablar?.- lo interrumpí mientras hablaba sobre cosas que no escuché

-Hmm, me viste con Momoko en el bosque, ¿cierto?.-

-Sí.- conteste tajante

-Cómo decirlo...- miró al cielo -Lo siento Reiki.-

¿En serio cree que con un lo siento se va a arreglar todo, que todo desaparecerá? sus reclamos sin válidez, el tiempo que me abandono, que no me buscó para salvarme aunque el dice lo contrario, el hecho de que me violó varias veces, las imágenes de él con otras mujeres. ¡Claro que no!

-Esta bien.- su sorpresa fue evidente, esperaba un no por respuesta, hasta él sabía que se lo merecía

-¿De verdad?.-

-Si.- me paré y apoye mi espalda en un árbol y él intento abrazarme, yo lo aparté con mis brazos

-¿Qué pasa?.- cuestionó confundido

-Te perdono, pero no habrá nada más entre nosotros.- la sorpresa volvió a él y por primera vez se veía nervioso, estaba por decir algo

-Dile adiós a lo que alguna vez sentí por tí.- su ojo se abrió demasiado y se llevo una mano a su cabeza como tratando de asimilar lo que dije. Yo me fuí de ahí con el corazón lastimado, con nuevas ganas de vivir algo y el llamado de un hombre que nunca me amó.

Chicaaaas el final se acerca, no prometo algo feliz y las visitas bajaron mucho.
#PosMeAguito

La chica del Clan Yuki (Kakashi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora