UNIVERSE Of NEW SPECIES (Universo de Nuevas Especies)

CAPITULO 30

ADMIXTURE

Narrador Omnisciente.

En el centro de la arena blanca y helada, las dos figuras se erguían, preparadas para el combate. Maximus y Dante, se miran y luego dirigen su mirada a la multitud de los Camilions, que se arrojan hacia ellos dos, quienes han sido los últimos híbridos que se encuentran en un despertar.

Maximus y Dante, eran el producto de una nueva era, una era en la que las líneas entre las especies se habían convertido en un perfecto Admixture (generación de una nueva población híbrida, mediante la mezcla o el cruzamiento de genes).

Ambos poseían una fuerza y unas agilidades sobrehumanas, experimentadas con el gen de los herededos principales de sus antepasados.

Con la última estrella apareciendo tras la cortina de niebla, la batalla comenzó. Los vasallos de la primera tribu se abalanzaron sobre Maximus y Dante, mientras las dos Tribus faltantes, eran en ese momento los testigos presenciales de una masacre sin orden de muerte, pero sí de huesos que crujían y gritos que se alzaban de dolor, solo realizados por dos híbridos en plena transformación, defendiéndose contra los vasallos que llevaban décadas, siglos y milenios transformados.

Los rugidos ensordecedores resonando por el bosque, llenos de garras venenosas y colmillos afilados, se cruzaron en un frenesí de  violencia.

Maximus, destrozó huesos con la agilidad de un Camilions en alta potencia, mucho más fuerte que los Camilions, que habían surgido hasta el momento, pero Dante, le fue más difícil contener la fuerza de su furia y los huesos no solo crujían, sino que los cuerpos quedaban contaminados inmediatamente por sus garras y sus colmillos, uniéndose poderosamente bajo su mando y  conformando las filas de un gran campo militar de híbridos, ahora liderados por una nueva creación realizada por "Dante".

Los Arkoudas, gruñían feroces comprendiendo que había llegado la hora de su Rey y su Reinado. Pero, el rey de los Camilions, gruñó con ferocidad al notar sus filas de híbridos desvanecerse y era como si los Camilions, pasaran a una sola Tribu, conformada por los Arkoudas.

Él rugido de Maximus, se escucha y su cuerpo pasa de la gruesa capa de piel de hielo y acero por... la bestia salvaje, híbrida del Oso,  Rusia Salvaje, Serpiente del hielo, Lobo de Nieve, León de Cybers, pero... no con la fuerza de Dante, y... su sangre no parecía un plasma que se derretía en su propio cuerpo, sin  embargo, ya no era un Camilions, lo que llenó de confusión a los Arkoudas.

Los ojos de todos estaban sobre los dos combatientes en transformación, porque estaba claro que ningún Camilions, iba a poder derrotar a un Arkouda y los nuevos híbridos ambos pertenecían a esta Tribu, lo que no esperaron hasta este momento era que un nuevo integrante llegase como Rey, y mucho menos, en una genética mejorada y superior a ellos, aunque la Leyenda, así lo destinara, nunca pensaron que ese momento había llegado.

Los Camilions, dieron pasos retrocediendo y los dos nuevos  Arkoudas, los observaron, sin embargo, el Rey Marouk,  Rey de los Carmilions, lanzó un grito de guerra dirigido hacia su Coronel Farluk, y luego a sus Capitanes Principales River, Arand y Corvish. Ellos se observaron unos a otros. el Rey Marouk, no aceptó el desequilibrio de su Tribu y...

El aire vibraba con la tensión a la batalla. En el centro del campo arenoso, el Rey Marouk, lanzó la orden a su Coronel y este a sus Capitanes. Los Camilions, se observaron, las dos Tribus híbridas se unieron para el enfrentamiento por el poder, aunque ambas Tribus, conocían ya el destino.

Los Camilions, se enfrentaron con sus miradas cargadas de  ambición. Ellos, eran ágiles y escurridizos, se mimetizaban con el entorno, listos para atacar desde las sombras.

Los Arkoudas, fuertes y feroces, gruñían mostrando sus colmillos afilados, ansiosos por desatar su furia. Y, en la cima de la colina, los Nkrillz, imponentes y calculadores, observaban con frialdad, sabiendo que su poderío era superior.

El primer grito de guerra resonó en el valle, haciendo temblar el campo y la gran batalla comenzó de nuevo en la lucha por el poder del Reinado Arkouda.

Los Camilions, veloces como el viento, se abalanzaron sobre los Arkoudas, intentando derribarlos con ataques rápidos y precisos. Pero, la fuerza bruta de los Arkoudas, era implacable. Con cada golpe de sus garras, hacían retroceder a los Camilions, dejando profundas heridas en sus cuerpos, las cuales sanaban muy rápidos y volvían al ataque.

La sangre de los Camilions, comenzó a derramarse, tiñendo la tierra blanca como la nieve de rojo, pero ninguno de ellos fue descuartizado, ni desmembrado. Los gruñidos y rugidos de las bestias se mezclaban con los gritos de dolor de los guerreros caídos por el dolor, pero no muertos. Sin embargo, la lucha era brutal, sin cuartel. Cada tribu luchaba por su supervivencia, pero con la orden de no dar la muerte a ninguno.

Dante, pasó por un nivel doloroso de tortura, luchando con la detención de sus propios instintos. Su cuerpo  se derretía recorriendo la tierra del campo en gotas de sangre que se movían a una velocidad sorprendente, contagiando y quebrando huesos, pero detener el instinto animal y bestial de su transformación fue la gran tortura y la mayor prueba de control de su propia genética.

Los Arkoudas, confiados en su fuerza, avanzaron sin piedad, aplastando a los Camilions, bajo sus pesadas patas. Pero la astucia de los Camilions, no debía subestimarse. Aprovechando su agilidad, algunos lograron escalar a los árboles blancos como la nieve y raíces de hielo y, desde allí lograron  atacar a los Arkoudas desde arriba, utilizando sus afiladas garras y colmillos, pero esa estrategia no era nada, en las garras de un Arkouda, ya que ellos poseían las mismas destrezas y mejoradas, porque parte de ellos estaban genetizados con el gen de los Camilions.

La batalla se prolongó durante horas, Las arenas antes blancas producto del hielo, ahora estaban manchadas de rojo y la tribu Arkouda, logró imponerse sobre la Tribu Camilions y solo su Rey Marouk, su Coronel Farluk, y sus Capitanes River, Arand y Corvish, fueron los últimos aguerridos que quedaron en medio del campo sin doblegarse.