Capítulo 43.

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Llego temprano hoy al instituto.
Quería caminar un poco, hoy tengo la cena con Miguel y me encuentro realmente estresado, la ultima vez que lo vi, quería golpearlo, pero me contuve, y tal vez ahora no lo haga, pero trataré... Solo que me es muy difícil verlo.
Demasiado diría yo.

Y sin más la veo a lo lejos, usando una gorra diferente, pero no tiene lentes, claro que no idiota, ayer Dafne se los rompió, pero aún así trata de ocultarse con la gorra.

Entonces me acerco a ella y le quito la gorra.

—Me gusta tengo que aceptarlo, Cariño —Hago referencia a la gorra.

—Dámela —Me dice con un tono de pocos amigos.

—Pero no se te ve bien a ti, pero me gusta, me la voy a quedar y por mientras la voy a guardar en mi casillero.

Y empiezo a caminar a mi casillero.

—Dámela Valerio, si no juro que... —Entonces la guardo en mi casillero, lo cierro y sin más la gorra desaparece.

—¿Me juras que? —Y mientras me volteo para verla, detengo mi mirada—. ¿Te he dicho que te ves muy linda sin la gorra ni lentes? 

—No me cambies de tema —Pero puedo observar que se ruboriza un poco, sonrío por eso.

—Pues no será tuya, hasta que me des buenos motivos para sacarla de mi casillero —Me cruzó de brazos para que mi advertencia se sienta más real.

Así que tomo mi mochila y me dirijo a mi salón, ya se que todavía es muy temprano pero es para evitarla.

Tengo clases de Informática la hora pasa muy lento, después de Literatura donde esta pasa más rápido de lo habitual.

Y ahora de Administración.

Salgo de esta clase para por fin tomar el descanso.

Voy a la cafetería y compro un jugo, y después me siento en la misma mesa de todos los días, con los mismos chicos de todos los días, con el mismo tema de conversación de todos lo días.
Saludo a los demás chicos.
Mi mirada se cruza con la de Leire por un par de segundos ya que ella los retira casi al instante, y empieza a hablar con un chico que tiene a lado.

Me levanto a hablarle, para molestarla por la gorra, no es como que me haya molestado que esté hablando con otro chico. No, claro que no.
Pero en este instante Dafne se acerca hacia a mi. Bueno no seria la forma de decirlo, mejor dicho se lanza hacia a mi, y me besa.
Yo la aparto al instante.

—¿QUE CARAJOS TE SUCEDE? —Lo grito, y con esto me doy cuenta de que todos nos pusieron atención.

Demonios, no quería volver llamar la atención, y Dafne no hace que las cosas sean fáciles, y menos yo al gritarle enojado.

—Te estoy recordando, Eliot... Que tú vas a ser mío, y que haré que me necesites.

—¿QUE? ¿Hablas en serio? Te estás portando como si fueras una... —Tengo la palabra en la punta de mi lengua pero no se cual es — Como una...

—¡ZORRA! —Grita una voz femenina.

—Si —Confirmo—, exacto como si fueras una zorra.

—Yo no soy ninguna zorra. ¿Quién fue quien lo grito? ¿Quién fue la maldita que lo grito? —Ella se voltea a ver a todos para ver la culpable. 

Entonces la chica se para.
Demonios, esto de llamar la atención últimamente se nos ha estado dando mucho, tres multitudes en lo que va de la semana, sin duda la mejor semana de mi vida.

—Yo fui, zorra —Y sin más Leire se para en la silla. Creo que ya se hartó de Dafne—. Z-O-R-R-A.

Esto último lo deletrea muy segura. Y debo de aceptar que me da un poco de escalofríos.

Entonces por arte de magia todos empiezan a gritar ~Zorra~ a Dafne.

Volteo a todos, y sin duda tienen una cara de odio hacia ella, la verdad yo también la tendría si fuera alguno de ellos, pero es curioso que cuando alguien se levanta contra otra persona puede llegar a impulsar a otros.

Mientras le empezaron a gritar por alguna extraña razón, Dafne se le queda viendo a Leire, su mirada parece de asombro.

—Espera... Espera... ¿Qué ella no fue con la que estabas en la noche de la fiesta de la playa?

No se si ella es la que necesita lentes, ya que lo cierto es que tardó mucho en reconocerla, pero sin duda... Es una cabeza hueca.

Veamos, Dafne reconoce a la patosa con lentes y gorra, ¡Ah!, pero no puede reconocer a Leire sin alguno de estos artefactos, sin duda Dafne está hueca.

Mientras todo seguían gritando "Zorra" ella me voltea a ver todavía más feo.

—¿Ella fue con la que te besaste? ¿En serio Eliot? Pero ella es... Ella es... ¿Me cambiaste por la patosa? Dime que no fue con ella con la que te besaste —Abro mi boca para decir algo, demonios.

Mi error fue quitarle esa gorra a Leire, acabo de ocasionar una gran estupidez, mi boca sigue abierta pero de esta no sale nada, entonces Leire habla primero mientras se acerca a nosotros.

—¿Qué quieres decir con "Ella fue con la que te besaste"? Nunca nos hemos besado. ¿Verdad? —Y ahora me voltea a ver.

Demonios, no puedo hablar.
Trago saliva y la observo.

—Créeme Patosita, empece a dudar hace unos segundos, porque no logró entender como fue que sucedió eso, pero ahora que te veo, sin tus porquerías en tu cabeza y tus lentes feos, eres la chica con la que estaba con él en la fiesta de la playa, tu eres la maldita roba chicos —Le suelta Dafne.

—Espera, espera ya te dije que nunca nos hemos besado, ¿Verdad Valerio? —Tengo mi boca abierta, pero no respondo—. ¿Valerio? 

Todo el mundo se calla. Ya que empiezan a estar atentos ahora con nuestra nueva conversación. ¿Por qué me sucede esto a mi?

—Leire... —Volteo a otro lado, no la puedo ver a los ojos.

Ella empieza a negar con la cabeza y luego ríe irónicamente.

—Eso no sucedió, nunca sucedió —Me reprocha—. No lo mencionaste...

Y ahora parece dolida.

—¿No te acuerdas Patosa? Oh vamos, tienes que estar bromeando —Demonios, odio mucho a Dafne.

—No, no, no —Y con estos "no" sale corriendo—. Valerio, tienes que está bromeando.

Alcanzó a escuchar.

Me quedo plantado en el suelo, como si no pudiera caminar, como si mis pies estuvieran pegados a este y no quisieran reaccionar.
¿Por qué no le dije antes? Debí de haberlo hecho, debí haberle dicho el día que la lleve a desayunar, nunca imagine que esto podría pasar.

Ahora nunca mas me volverá a hablar. Ella estará enojada.

Una palmada en mi espalda hace que me sobresalte.

—No es por parecer obvio pero... Idiota ve tras de ella —Me dice Ed—. Te juro que nunca imagine decir eso, pero reacciona ya.

Y eso hago, corro tras de ella, le debía una explicación.
¿Pero que le iba a decir?
"Mira Leire, querías probarle a Dafne que eras mejor que ella besando y por eso lo hiciste."

No es una mala idea pero tengo que pensar en algo mejor. Aunque era la mera verdad.

¿Como le digo que el primer beso que nos dimos fue porque ella quería probarle a Dafne que no era la mejor en todo? ¿Y como le explico los demás besos? Nada de eso sería fácil explicar, eso lo tenía seguro.

La apuesta perfecta [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora