Capítulo 11

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"A raíz del prejuicio...muerte"

Ya en casa, me percaté de la lluvia amenazante al mirar por el balcón que daba con la cocina. Un balcón que se encontraba completamente alambrado, hasta en los techos, especial para colgar la ropa a secar, y que no saliera volando de allí. Lo sé, "lavar ropa, tender ropa, planchar ropa, etc..." ironía fue haber perdido a mi pequeño justamente a causa de la ropa sucia y limpia, o tal vez por mi obsesión a ella; todo esto adherido a mi vocabulario. Sé igualmente que sueno como si fuera una señora casada con obligaciones de ama de casa, lo cierto es que no lo hacía por obligación, sino más bien para tener una distracción honrada, que no me llevase a la locura.

Corrí a meterlos a casa, un poco preocupada y olvidando mi reciente deseo. Con ella en manos e ingresando a la sala, observé a Theo mirar aburrido una carta de la repisa, una que había dejado esta mañana sobre ella, él giró sobre sus talones encontrándose con mis ojos llenos de deseo avivado. Verlo parado y tan concentrado me mataba, no sabía si ya había estado siendo víctima de la fiebre uterina, o si en verdad deseaba tanto a este hombre ahora y siempre.

-¡Mañana lo pago! –dijo, con una sonrisa despreocupada, alzando la carta en el aire.

Lancé las ropas al sofá y corrí tras sus huesos. Lo tomé abrazando su espalda baja con fuerza, para levantar la cabeza, buscando su rostro, sus labios. Mi deseo; abrasarlo fuerte y besarlo. Lo miré a los ojos unos cuantos segundos, me percaté de que se había mordido el labio, un signo de que debía actuar.

Aún con la mirada fija en él, posicioné mis dedos sobre mi camisa, desabotonándola lentamente, él me miraba curioso, mientras me despojaba de la camisa en un santiamén y quedando en brasier y falda, entonces posó su mano derecha en mi seno izquierdo, entre la tela del brasier notaba que su tacto era delicado, un tacto que acompañó con un cálido beso, que poco a poco se había vuelto más intenso. Mi pezón se inquietó y atento al roce de sus dedos accionó en punta. Aguardando a guerra.

Alejó la mano de mi seno, buscando el pliegue del brasier siguiéndola para desabrochar, al fin lo había conseguido. Me despojó suavemente de él, mientras yo aprovechaba para desabotonar lentamente su camisa, bajo su atenta mirada. No teníamos ninguna clase de apuro, la estiré hacia abajo liberando sus brazos, mientras acariciaba su torso y lo besaba seguidamente, escuché un gemido de excitación salírsele de los labios. Acto seguido, apretujé con tanto furor una nalga redonda, bastante diría yo, riendo sobre sus labios, vivaz.

No estoy segura de qué había liberado con eso, pues Theo me tomó de bajo de los brazos, levantándome un poco, a lo cual, casi instintivamente lo había rodeado con las piernas mientras recibía besos en el pecho y el cuello, llegando a mi boca. Lo besé con energía hasta sentir una especie de superficie fría, me encontraba sentada sobre la mesada de mármol del pequeño comedor "Uhmm interesante" pensé.

Una mano juguetona de Theo masaje-aba mi seno derecho, mientras la otra me apretaba más a su pecho. Aseguré mi agarre en su nuca, besándolo con más efusividad, sus labios se separaron momentáneamente de los míos, bajando de mi mentón a el mismo seno que él había estado masajeando externamente, su otra mano lo acompaño en su cometido, masajeando la otra, mientras chupaba y besaba el pezón de la anterior, sentía una especie de presión en mi sexo, húmedo, ese sutil acto había hecho un tic ahí abajo que debía llenarlo.

-Te quiero- dije, entre gemidos de placer.

Theo situó sus habilidosos dedos por debajo de mi falda, buscando las líneas de mis bragas de encaje, las retiró muy libidinosamente para luego volverme a levantar, tomándome por el trasero para llevarme al sofá, y mantenerme más cómoda. Me recosté extasiada y completamente perceptiva, los dedos de él buscaban mi centro, masajeando un poco.

Adolescente "EMBARAZADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora