"Principios de muerte"
Aquella mujer me miraba meditabunda, su color de ojos acechante producía un miedo inexorable, mi ser entero se estremecía ante su mirada de odio y rencor.
-Tienes hasta mañana querida. –dijo sonriente.
-¿Hasta mañana?-repetí incrédula.
-Sí, despídete de todos –aseguró ella nuevamente.
-¿Por qué has venido hasta aquí para decirme estas ridiculeces? –pregunté jactándome de su falta de sensatez.
-Intransigente, es como te dice Theo, y tiene razón. –espetó ella, torciendo los labios.
¿Intransigente; Cómo es que sabe esas cosas? Me cuestioné, mi pulso flaqueaba y mi respiración se agitaba. Me había tenido vigilada, supuse que la vez que ingresó en nuestro departamento era con aquel propósito, el de insertar una cámara o cosas por el estilo.
-Lo soy, pero no deberías hacer esto, no tienes razón, ni siquiera motivos justos. Al menos si deseas ser una psicópata deberías tener las expectativas del porque y cómo matar a tu víctima, tú lo único que has hecho es alegar que no soy nada, y obviando que Theo me ama igual que siempre, es ridículo. Theo no te amará a ti aunque me mates, ni siquiera te verá. ¿Sabes por qué? Porque él sabe quién está tras esto, lo sabe Loraide. –dije, acentuando su nombre. Ella abrió mucho los ojos asombrada, supuso que si se trataba de Loraide, por que en los últimos minutos me había entrado una torpe duda.
-Mira estúpida. Me importa nada que él sepa de mis propósitos contigo- su nerviosismo delataba tan gran mentira. - pero tú lo estas deteniendo con un niño, no te ama, él no ama a nadie. Eres una idiota, en serio, no sé cómo pudo darte carta blanca para que ingresaras en su vida y hasta en su familia, ¡mírate!-dijo, señalándome. –deberías ubicarte, Theo no será mio, pero tampoco será tuyo. –concluyó.
-Me das tristeza.
-¿Cómo te atreves? –dijo ella, ofendida.
-Me la das, no sabes de lo que hablas, no soy yo la que da pena ahora, eres tú, eres tú quien no eres nada, ni en su vida e incluso en la tuya.
La mirada de ira y repulsión de ambas partes era evidente. Habían pasado como 5 minutos de nuestras miradas una a la otra, penetrante que harían ceder a cualquiera.
En ese momento un carro blindado se atravesó justo en la vereda de en frente donde nos encontrábamos sentadas mi agresora y yo. Cuatro tipos tiraron una especie de gas, haciendo que las personas del parque corrieran por sus vidas, sin suponer que era sólo una técnica de alejamiento, ellos, completamente armados, bajaron y asintieron a la chica, ella me tomó del codo con rudeza y me tiró al piso duro, caí de bruces frente a ellos, siendo avistada por un par, los cuales me tomaban de los brazos y los restantes me levantaba de los tobillos.
Fui lanzada al interior del coche como una bolsa de papas, lastimándome la cabeza y raspándome los codos y las rodillas con el impacto. Inmediatamente subieron al coche, tapándome la cabeza con un capuchón negro, comencé a lanzar manotadas y patadas para todas partes, sin importarme la idea de que llevaba falda, inmediatamente sentí el pinchazo de una aguja, me habían inyectado un tranquilizante con una jeringa.
Minutos después había despertado en una pocilga con ratas hambrientas que amenazaban con comerse mis dedos, correteando punto por punto de aquella habitación. Traté de ahuyentarlas con mis manos, pero las tenía atadas, avisté que mis pies también lo estaban. Me apoyé en la pared llena de moho, para darme un poco de impulso, y levanté mi cuerpo, saltando directo a la dirección a la puerta de ésta.
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Adolescente "EMBARAZADA"
Teen FictionMelody con 15 años de edad, proveniente de una familia religiosa, muy conservadora, se encontraba en un dilema terrible. No sabía cómo decirle a sus padres por lo que estaba pasando, ella no sabia como ellos (sus padres) reaccionarían ante tal notic...