Capítulo 18

12 0 0
                                    

"Un amor para recordar"

Una vez Iván había leído un libro muy cursi, sobre una niña con un tipo de cáncer, hija de un reverendo muy estricto que mantenía una no muy buena relación con el más pícaro (por así decirlo) de la clase, él nunca la había tenido en el ojo hasta que su maestra le hubiera impuesto en castigo, donde él debía ayudar al equipo de teatro con sus cuestiones actorales para navidad, entablando conversaciones secuenciales con su co-estrella que presuntamente se trataba de la misma niña, hija del reverendo; "No te enamores de mi" le había dicho, mientras el chico reía pensando que aquello en su caso sería ridículo, no obstante y sin constatarse del poder que ella ejercía sobre él, se había enamorado perdidamente hasta perder la razón.

Iván nunca se había enamorado, y tal parece que moriría sin haberlo experimentado en su corta vida, suspiró deseando sentir la pasión y las mariposas en su estómago, como sabía que su madre lo sentía en ese mismo momento, rumbo a una aventura y en compañía del causante de los insectos en el estómago de su amada madre.

Se dirigieron al auto rentado de Theo.

-Wooow...-exclamó el niño, aunque con fingida sorpresa porque ya él había visto a Theo, montarlo la noche anterior.

-¿Qué significa esto? –pidió respuestas la madre.

-Pensé que les gustaría salir a comer. –explicó éste, sonriendo al niño desde arriba.

-Amo a éste tipo. –exclamó nuevamente el niño.

Theo sonrió como tonto.

Marianne miró a su hijo con gesto de reprimenda, torció los labios y entrecerró los ojos con amenaza. El niño desvió la mirada, ¡centrándose en saber qué cosa!

-No debes molestarte, no te sientas obligado por la triste historia que te había contado, no lo hacía por esto, yo...-termino diciendo la madre de Iván.

-No lo hago por esa historia,-interrumpió él. –me agrada darles un motivo de felicidad, ¡Y lo mejor es que puedo hacerlo! –dijo animado.

-Ya lo veo. –exclamó entonces Marianne, fijando la mirada en aquel coche deportivo.

-¡Mamá, sé considerada con el hombre, no lo presiones!. –le pidió su hijo, volviendo la atención a Theo nuevamente. –ella no lo entendió.

Theo la miró con incertidumbre, y ella negó dándole a entender que no sabía lo que hablaba el niño.

Subieron a Iván delante, con la silla de ruedas atrás, junto a su madre. Lo ajustaron con el cinturón lo más que pudieron, sabiendo que tal cosa era ilegal, pues los menores debían ir en el asiento trasero, pero sabiendo la situación de él y que lo dejarían pasar, pues siempre era lo mismo, ante tales casos de niños con cáncer, la sociedad y el estado era dócil y doblegado. -¡No hay nada mejor que tener cáncer! –Comentó una vez que fueron interceptados por un oficial, que ante tal caso los dejó seguir su rumbo, con Iván entusiasmado siguiendo su camino final e hiriendo un poco a su madre con tal comentario, ella se recompuso de aquella daga involuntaria rápidamente, brindándose consuelo al saber que su hijo no veía su enfermedad como un mal, sino como un irónico bien.

Llegando a su destino, se dirigieron a los juegos con todo el ánimo posible, visualizando la amplia sonrisa del niño, que subía a cada juego con independencia y sin ningún acompañante.

-¡Mamá, mírame! –gritó Iván, llamando la atención de su madre.

Marianne lo saludó con la palma, mientras veía a su hijo elevarse por los aires en la montaña rusa, sus ojos se aguaron involuntariamente mientras su expresión se tensaba. Theo la observó por el rodillo del ojo, prestando atención a sus expresiones, muy a pesar de su figura tan delgada y su rostro tan cansado y demacrado, esa mujercita le pareció hermosa, tan hermosa como lo había sido Melody y aún seguía siéndolo con el hábito a cuestas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 12, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Adolescente "EMBARAZADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora