Día 18 de 19.

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(Español, LETRA CURSIVA)

(Inglés, LETRA NORMAL)

Jack.

Desperté en el mismo sitio donde había perdido la conciencia, la recepción del edificio, mire la hora y ya eran las 10am. Decidí contra mi voluntad volver al departamento y soportarme toda queja de quien viniera. Entré tratando de no hacer ruido pero ahí se encontraba John con su absurda cara de tenemos que hablar detrás de la puerta.

-Antes de que me regañes...

-Amelia nos contó todo-dijo desanimado.

-¿Qué? ¿Por qué lo hizo?

-Porque necesitaba a alguien Luego de que la abandonaras en la habitación.

-Les contó por su propia voluntad.

-Si, dijo que ella te había pedido no decirle a nadie durante un tiempo.

-Hermano, no sabes cuán colapsado estoy con todo lo que le ha ocurrido...yo la amo pero sus accidentes suceden por algo.

-No digas cosas así, el destino debe de haber tenido una buenísima razón para juntarlos, no creo que los quiera separar, es más estoy casi seguro que estas son pruebas para comprobar su amor.

-¿Tu crees?-asintió y esbozó una sonrisa-Iré a verla como está.

-Está bien suerte.

Me dirigí a la habitación y la encontré llorando en la cama y susurrando:"Sabía que me dejaría estando así" mi corazón se alteró y comenzó a latir fuertemente mientras la veía reaccionar así.

Me acerqué lentamente a ella tratando de no hacer mucho ruido. Y ella cada vez se secaba mas las lágrimas.

-¿Princesa?-decidí hablar.

-¿Qué hace aquí?-Preguntó algo enojada.

-Vengo a disculparme y a ver como sigues.

-Estoy bien, adiós.

-Pero princesa.

-Me abandonaste en plena once.

-Esto me colapsa amor.

-Deja de llamarme así.

-¿Por qué?

-Si me amaras tanto como dices no te hubieras ido toda la noche.

-¿Acaso sabes como me siento o me sentía?

-No.

-Entonces porque me reprochas.

-Porque debería ser yo la que sufre y tu mi fiel compañero, no tu el que sufre y yo la maldita compañera ciega.

-¿Así te sientes?-asintió mientras lágrimas caían por sus ojos.

-¿Estuviste bebiendo?

-Si.

-No quiero que te vuelvas a sentir así por mi maldita culpa-dijo ya más calmada.

-Somos una pareja, yo sentiré tu dolor y viceversa.

-Pero ayúdame, no necesito en estos momentos tu pena necesito alguien que me acompañe y guíe, y sobre todo que me ame.

-Aquí lo tienes aunque un poco pasado a vodka pero lo tienes.

-Ve a bañarte.

-Está bien.

Entré a su baño y mientras el agua escurría por mi cabeza un dolor fuertísimo me vino a la cabeza, hace días que iban y volvían. Yo sólo me tomaba uno que otro remedio para poder calmarlo.

Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora