Capítulo 2: Mentira sobre Mentira

623 58 20
                                    


—¿Me estás escuchando?—pregunta Karla enojada.

—Ah... Sí...—respondo—

"Ni idea de lo que está diciendo"

—Pues bien eso es lo que tengo que hacer esta semana. Así que necesito que cuides del perro de mi vecina el martes.—me comenta, mientras me mira esperando una respuesta.

"¿Qué? Espera. ¿Qué cuide al perro de quién?"

Continúa mirándome mientras espera una respuesta.

"Mierda. Respóndele que sí, rápido."

—Sam es alérgico a los perros, cariño.—miento—No puedo hacerme cargo del perro.

"¿Qué? ¿Por qué dije eso? Joder."

Karla ladea la cabeza y pone los ojos en blanco.

—Ya le diré a James que lo haga por ti.—suspira.

Ahí está de nuevo con ese tal James.

—Hmm.—Suelto un gruñido y continúo jugando a la Xbox.

Karla parece exasperarse.

—¿Podrías dejar de jugar a la "play" cada vez que te hablo?—

Pongo pausa en el juego y la miro con los ojos entrecerrados.

—Play.— suelto un bufido—Jugar a la play.—

—¡Sí! A eso me refiero.—

Abro ambos ojos como platos y la miro, incrédulo. Sabía que ella no era muy brillante. Pero nunca pensé que era para tanto.

—Es un Xbox.—le susurro.

Eso parece ser la gota que colma el vaso y me responde de muy mala gana.

—¡Me da igual! ¡Desde hace semanas me ignoras por completo por estar con esa consola!—

Suelto el mando y me giro completamente para verla a los ojos.

—Bien. ¿Qué tienes que decir?— le pregunto, sé que siempre que se pone así es porque tiene algo importante que decirme.

Ella se relaja un poco y me mira a los ojos también.

—Yo... Quiero mudarme contigo.

Me quedo de piedra al oír esa no tan grata revelación.

"¿Cómo que no te agrada eso? Es lo que querías desde hace mucho. ¿Qué te pasa idiota?"

—¿Y bien? ¿Qué piensas?—interrumpe mis sentimientos con pregunta.

Su propouesta me toma por sorpresa.

La verdad es que yo se lo había propuesto hace mucho, pero ella me dijo que necesitaba pensárselo mucho, ya que era algo muy serio y yo accedí, pero... Ahora todo es diferente. Siento algo extraño, ahora cuando hablo con ella.

—...No sé, Karla, creo que necesito pensarlo.—

Definitivamente, esa no era la respuesta que estaba esperando, porque su cara cambia drásticamente de felicidad curiosa a una feroz furia.

—Listo. Llámame cuando tengas tiempo de pensar si me quieres o no.—me grita mientras recoge todas sus cosas del suelo.

—Karla...Cariño, no me malentiendas...Es que necesito pensarlo por Sam—le explico con total calma.

Parece que eso tiene el efecto contrario a ayudar a la situación.

—¿Qué? ¿Tienes que pensar en tu amigo para decidir el futuro de nuestra relación?—exclama furiosa.

Cartas de desamor a la chica equivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora