Antes de besarme que sepas que mis labios son amargos. Me cuento historias de miedo antes de dormir para soñar con pesadillas nuevas.
Prefiero verte en mi cama que en una caja de pino, quien lo diría, las comas se convierten en puntos y viceversa bajo tu piel.
Captar mil aromas y olvidar tus versos, uso demasiado las palabras minúsculas.
La vida se consume a fuego lento, las personas rotas cortan, los rotos de los pantalones dejan ver tus pobres cardenales. Hay curas que maman a ciegas, con la cruz entre los dientes y el rosario entre las piernas.
Quien necesita ordenar las ideas, no tengo pintas de archivador. Que no vales lo que tienes sino lo que cuentas.
Se te olvidan los minutos, reloj de arena
ya no lloras seco como antes
no te quedan penas.