Miles de palabras han brotado por mi cabeza durante estos dieciséis años de mi vida, puedo decir ahora, desde un punto de vista distante, que muchas han acabado por tatuar los cortes del hielo de temporada, y otras, han embellecido los aromas de mis dedos al escribir.Por desgracia siempre quedan palabras huérfanas buscando una mano de la que colgarse, siempre quedan versos sin rima. Mis manos han echado de menos las tuyas mucho tiempo, y sólo necesito palabras simples para recordarlo.La vida es un poema lleno de tachones, arañazos y quemaduras feas que con el tiempo se van llenando de cenizas. Adornan la libertad de cada estrofa, pupilas.
He descubierto que por mucho que me pierda mi manera de escribir siempre va a conseguir encontrarme, es mi sello de identidad, lo que me hace permanecer en este mundo de payasos sin risas gratuitas, payasos que ya no hacen globos si no es por unos duros o blandos que llevarse a la boca.Querido lector, no intentes buscar sentido matemático a mis palabras, ya que no soy un matemático, sino un ser humano de lo más normal dentro la palabra loco, al igual de que siempre digo lo que siento, siempre siento lo que acabo diciendo al llorar con mis caligrafías.Quien busque libertad que no se agarre a la cordura, quien busque cordura que no pretenda ser libre desde dentro. Vivo equivocado, simplemente existo en la forma de un tachón con patas, de los lápices gastados de cada luna llena.No hay nada más bonito que la realidad, y cuando uno se tuerce por el camino de las sombras, puede llegar a averiguar el verdadero peligro de ser un imprudente. En términos generales, hasta que uno no se pega la hostia solito, por muchos empujones que te sean dados no te vas a terminar de caer, nunca.No hay nada más gratificante que tocar fondo y lograr salir a flote, poder llegar a ser el niño de los pies fríos inmortalizado en aquella fotografía de verano. Creo recordar que yo de pequeño sonreía mucho, era un verso sonriente, por desgracia me tacharon y me toca volver a escribirme.Cada vez nacen más mentes abiertas, más personas dispuestas a cambiar el mundo en el que vivimos utilizando sus conciencias de sensibilidad. Cada vez nacen más conciencias, y eso, amigos míos, es la evolución de la madre naturaleza. Por muy seres que seamos la naturaleza no va a dejar que se extingan los humanos, ella nos maneja, ella es nuestra madre y yo la quiero, la quiero porque vivo de ella y ella vive de mí, y de todos nosotros.