La primera noche.

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Mis manos estaban temblando y por primera vez, después de todo lo sucedido, sentí el valor suficiente para levantar el rostro. Solté un suspiro de alivio, Tyler era quien estaba congelado frente a mí, el color de su rostro había desaparecido y podía jurar que el mío también.

–Jane –Dijo después de un rato de abrir la boca y no decir nada.

–Tyler –Dije acercándome a él, sus brazos me rodearon.

–¿Qué haces aquí? –Preguntó mientras me separaba de él.

–He... he venido por mis cosas – Me encogí de hombros, Leo salió de la habitación, nuevamente la boca de Tyler se abrió pero no dijo nada – Ya se conocen... Leo me ha ayudado a sacar mis cosas –Dije un poco apenada.

–Tyler –Saludó Leo con la mano, la cara de Tyler se había convertido en una mueca.

–¿Qué haces aquí Tyler? –Pregunté esperando que la puerta se abriera nuevamente de un momento a otro.

–Jack me ha mandado a revisar el apartamento todas las mañanas desde que te fuiste... –Desvió su mirada de la mía – Él ahora está en mi apartamento, no quiere encontrarse con... contigo – Dijo nuevamente esquivando mi mirada.

–Ya hemos terminado de empacar las cosas –Contesté – ¿él está bien? – Pregunté pues no podía guardarme la pregunta más tiempo – Los ojos de Tyler fueron rápidamente a los míos.

–Destruido –Dijo con tono acusador– Pero lo superará –Añadió cuando notó su tono – ¿Ya tomaste una decisión de lo que harás? –Preguntó con interés, negué rápidamente con la cabeza.

–Creo que es hora de irnos –Interrumpió Leo con una caja encima de otra sobre sus manos –Haré por los menos dos viajes.

–Ayudaré con lo demás –Contesté regresando a mi habitación para tomar las maletas.

–Los ayudaré –Se ofreció Tyler, negué rápidamente con mi cabeza.

–No, no te preocupes, sospechará el que tardes tanto –Dije haciéndome con las maletas y caminando hacia la puerta – No le digas que estuvimos aquí –Le pedí antes de que el elevador se cerrara.

Bajamos lo más rápido posible las últimas cosas que había en el apartamento, nuevamente me despedí del portero que me brindó una dirección para que le enviara cartas.

–Creo que tu portero está enamorado de ti –Dijo Leo mientras conducía a casa.

–Sólo es amable –Lo fulminé con la mirada y pronto comenzamos a reír.

–Así comienzan los noviazgos – Ambos soltamos una carcajada.

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Las semanas siguieron pasando y poco a poco el valor para saber qué había sucedido después de mi partida, conecte mi celular y encendí mi lap top, no sé de qué forma había durado tanto tiempo fuera del mundo virtual, aquel al que pertenecemos hoy en día. Cuando el celular estuvo completamente cargado, los mensajes, así como las llamadas perdidas comenzaron a llegar, cientos de mensajes de mi madre y mi padre, al parecer después de mes y medio era imposible que Jack no hubiera ya hablado con nuestros padres, se me revolvió el estómago, no estaba lista para ser bombardeada con preguntas y acusaciones, nunca lo estaría.

Me dejé caer en la cama de mi nueva habitación, Leo había salido a trabajar y hacer las compras. El celular seguía vibrando por todos los mensajes y llamadas entrantes, pronto tomé el celular y comencé a leer los mensajes, ninguno de Jack, suspiré un poco decepcionada, necesitaba saber de él. La mayoría de los mensajes eran de mi madre, preguntando con letras mayúsculo en dónde me encontraba, por qué no contestaba el celular, a quién podía llamar y si estaba bien, de ahí venían mensajes de mi padre haciendo la misma pregunta y los últimos cinco eran de Will. Mi corazón dio un brinco. Habíamos quedado de vernos un día de hace semanas y lo había olvidado por completo pero seguía sin ánimos que reunirme con la gente de afuera. Me limité a enviar un mensaje a mis padres.

Cuando ella se fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora