Confesiones

218 15 13
                                    

Mis ojos se abrieron, la luz no penetraba las gruesas cortinas que colgaban de una habitación con la que no estaba familiarizada. Bostecé y mis sentimientos adormilados comenzaron a despertar y pronto dejé de sentirme tranquila, el timbre del apartamento sonó, me estremecí y pronto sentí como si mi cuerpo comenzara a congelarse <<Debe ser Jack>>. Mi mirada recorrió la habitación, la puerta seguía cerrada, pronto comencé a escuchar pasos y escuché cómo se abría la puerta para volver a cerrarse.

–Leo –Salió de mi boca en un murmullo, mi boca estaba seca. Me levanté de la cama, pues ni en mis sueños me había sentido tranquila, giré la perilla de la puerta y suspiré antes de abrirla.

Leo se encontraba en la cocina preparando el desayuno, me dedicó una amplia sonrisa y volvió a lo que estaba haciendo.

–Hola –Saludé mientras comenzaba a acercarme a él con paso inseguro – Llamaron a la puer...

–Sí, era un vecino –Asintió – No te preocupes –Volvió a sonreír –Estoy preparando pan de plátano... no tardará en estar listo.

–Está bien –Asentí – Leo... tal vez no sea emm...buena idea preguntar pero... ¿Qué pasó contigo y con Leila? –Pregunté paseando la vista esperando encontrar algo con lo que distraerme y poder evitar su mirada.

–Discutimos... y también terminamos –Dijo sin buscar mi mirada.

–Lo siento –Asentí por fin volviendo la mirada hacia él.

–Yo no lo siento, para nada –Dijo mientras metía los panecillos en el horno.

–¿Cómo te puedes sentir tan bien? –Pregunté tomando asiento en el desayunador intentando contener mis emociones –Yo me siento como la peor persona del mundo –Suspiré –Siento que he lastimado a alguien y no puedo con eso –Cubrí mis llorosos ojos con mis pequeñas y frágiles manos –Me siento tan frágil –Volví a suspirar.

–Jane comprendo todo lo que sientes, sé que no es fácil lo que está pasando ahora, fueron cinco años de relación y... bueno tú tomaste la decisión y no creo que haya nada de malo en querer seguir tu camino, tenías tus razones y son comprensibles, algún día él se dará cuenta –Se acercó para abrazarme y besó mi cabeza – Jane juro que cuando te vi y luego me dijiste que llevabas una relación de cinco años, no pude creerlo no pareces una persona de compromisos –Rió – No lo digo en mal sentido –Añadió cuando no contesté – Me refiero a que tienen un alma tan libre y ahora te veo tan asustada que en verdad estoy confundido, debes ser la chica que supuse conocer. Te ayudaré en todo lo que necesites –Volvió a apretarme contra él y el contacto con él fue lo único sanador que hubo en aquellos momentos donde todo parecía muy frágil.

Después de un desayuno lleno de silencios y risas, tomó mis platos y comenzó a lavarlos.

–Puedo hacerlo yo –Dije al momento que me ponía de pie y caminaba hacia el lavaplatos –Deberías hacer tus cosas, normal, no quiero que cambies tu rutina por mí –Le dediqué una media sonrisa

–Créeme Jane, no tengo mucho que hacer –Se encogió de hombros mientras me dejaba lavar los platos –Podemos ir por ropa al apartamento –Leo vio como mi cuerpo se tensó pues rápidamente volvió a hablar – Me refiero a que tu podrías esperar en mi auto, yo... iré por lo que necesites, podemos hablar para ver si está en el apartamento – Se encogió de hombros. Asentí.

Tomamos asiento frente al televisor con el teléfono frente a nosotros, Leo tomó el auricular y comenzó a marcar, mis ojos nuevamente se llenaron de lágrimas, había sido muy mala, había gritado cosas que en realidad no quería decir, todo pudo haber terminado más fácil <<lo siento Jackson, esto no puede continuar>> eso hubiera sido más fácil, más tranquilo y ahora no me sentiría con esta pesada carga de conciencia, con este fatal vacío que no me hace sentir tranquila. Negué con la cabeza rápidamente cuando comencé a escuchar que la llamada entraba, Leo rodó los ojos y pasó su mano por mi cabeza.

Cuando ella se fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora