Nunca estaremos listos. PARTEII

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Nunca antes me había sentido tan incómoda en casa de Leo. Después de dar mi anuncio la habitación se sumió en un silencio absoluto, nadie dijo nada hasta por lo menos 5 minutos después.

—¿Es lo que quieres? —Preguntó Leo— No tienes que irte, esta discusión no era para que te fueras ¿Sabes?, Jane... yo sólo me estab...

—Es lo que quiero, de hecho ya había hablado con mi madre sobre regresar a casa, no es por algo que hayan dicho, simplemente tomé la decisión —Dije intentando no titubear.

—Una semana y media es muy poco tiempo ¿No lo crees? —Preguntó Leo intentando hacerme cambiar de opinión.

—No lo creo —Negué con la cabeza intentando alejar las lágrimas que se precipitaban en mis ojos —Ya he perdido mucho tiempo —Me encogí de hombros y caminé de regreso a mi habitación. Andrew no se molestó en levantar la vista del suelo.

Una hora después alguien tocaba el timbre de la casa, esos 60 minutos los había invertido acariciando la panza de Boss y llorando. Había más cosas que hacer, sin embargo sabía que esos 60 minutos serían los últimos que pasaría en aparente tranquilidad.

Alguien tocó a la puerta de mi habitación.

—He pedido algo para comer —Avisó Leo.

—En un momento voy —Contesté levantándome de la cama en dirección al baño. Lavé mi cara y agarré mi cabello en un moño.

No debía estar triste, este sería un nuevo comienzo. Suspiré, salí de mi habitación y en la mesita para el café se encontraban tres hamburguesas. Andrew estaba sentado frente al televisor, su hamburguesa estaba intacta.

Me senté a un lado de Andrew, no estaba enojada con él, simplemente confundida, las palabras retumbaban en mi mente.

—La tuya no tiene tocino —Dijo Andrew señalando la hamburguesa frente a mí.

—Está bien —Asentí — Gracias.

Leo, Andrew y yo comimos en silencio, viendo el televisor sin ver lo que en ella pasaba, todos estábamos perdidos en nosotros mismos, Andrew ni siquiera notó cuando retiré su plato de la mesa y Leo derramó varias veces el ketchup lejos de su hamburguesa sin percatarse.

—Iré a dormir un rato —Avisé cuando me levanté del sofá.

—Está bien —Asintió Leo. Andrew se levantó al igual que yo.

—Debo irme —Me dedicó una rápida y frágil sonrisa y se dirigió a la puerta. Leo asintió, subió los pies a la mesa para café y siguió perdido en sus pensamientos.

Entré en mi habitación nuevamente, mi celular se encontraba encendido sobre la mesita de noche. Me acerqué a él y comencé a revisar las fotos que el celular contenía, pronto me sentí más abrumada de lo que me encontraba; mi celular era el testigo perfecto de cada etapa en los últimos 5 años. La galería de fotos estaba llena de fotos con Jack, sin embargo me sentía distante de la persona que se encontraba junto a él, no me parecía ni me sentía igual, todo había cambiado.

Después de a ver leído todos los mensajes, imágenes y videos guardados y olvidados que mi celular contenía, ocupé la tarde para alimentar y jugar con Boss y cuando terminé con eso me di cuenta de que me encontraba con más energía que nunca y...

Fue así como nuevamente comencé a empacar 8 meses de vida en unas cuantas cajas y maletas.



Lamento que el capítulo sea tan corto, intentaré escribir más y más seguido. Como ya les había dicho estoy preparándome para el examen de la universidad que será dentro de un mes y medio. Espero seguir contando con ustedes y obviamente ustedes cuentan conmigo :) ¡GRACIAS!

Cuando ella se fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora