Como una bocanada de aire fresco

93 7 3
                                    

París había sido como una ráfaga de aire fresco, justo lo que necesitaba para comenzar con todo. Taylor solía pasar por mí y Boss en las mañanas, dábamos un paseo, desayunábamos algo y luego Boss era regresado a casa cansado y listo para dormir, al igual que yo. Sin embargo, Taylor solía dejarme descansar unas cuantas horas para regresar y llevarme a sus cafeterías y bares favoritos. Incluso algunas veces lo acompañaba a sus conciertos.

—No estoy en una banda como solía estarlo —Dijo mientras caminábamos bajo un paraguas— A veces presto mis servicios —Sonrió ampliamente.

—¿Prestando tus servicios es como te mantienes? —Pregunté curiosa.

—Ojalá, pero no —Rió— Trabajo para una disquera, ayudando a componer, algunos arreglos en el sonido, eso es todo.

—Vaya que has llegado lejos.

—Tan lejos como tú —Abrió la puerta del bar y pronto nos olvidamos de la lluvia.

Para la tercera semana que llevaba viviendo ahí, podía decir que me había vuelto a enamorar de la vida. Mi padre mandaba un poco de dinero cada semana y aunque ya era hora de comenzar a trabajar, estaba disfrutando el conocer la ciudad con Taylor a un lado.

—Hemos aplazado mucho esta conversación. Así que es hora, ¿qué te ha traído aquí? —Preguntó Taylor mientras preparaba algo para la cena en su apartamento.

—Aparte de un avión, una serie de eventos desafortunados —Alcé mi copa.

—Una buena respuesta, pero seamos más específicos —Dijo lanzando un poco de pollo a Boss.

—¿Recuerdas a Jack? —Pregunté bebiendo lo que quedaba de vino.

—¡Vaya! ¿Qué si lo recuerdo? —Rodó los ojos— Jamás alguien me había hecho sentir tan culpable —Volteó el pollo que había en el sartén.

—Sí...lamento eso, sabes que no te odie y de hecho fue de las mejores noches de mi vida —Sonreí ampliamente.

—Definitivamente la mía no —Ambos estallamos en una carcajada.

—Bueno... supongo que debes saber que me mudé con él a Nueva York para comenzar nuestra vida profesional y en pareja, lo que sea —Dejé la copa en la mesita frente a mí y cargué a Boss— El caso es que estuvimos viviendo bien, su banda encontró algo rápido y pronto ya estaban haciendo viajes y giras —Solté un suspiro— y yo sólo me quedaba en casa siendo rechazada en los trabajos a los que aplicaba. Al parecer nadie necesita a una estudiante recién graduada de Letras —Rodé los ojos— Pronto me comenzó a molestar la vida que llevaba, salía en zapatillas y faldas a buscar un trabajo que al parecer jamás llegaría, y luego regresaba a casa, una casa vacía, así que simplemente creo que me desesperé de mi situación. Quiero decir, me hacía feliz ver su éxito, pero yo me estaba convirtiendo en eso que no quería convertirme, una mujer que regresaba a casa para encontrarse sola... Y sé que estoy sola aún pero jamás había visto una luna vas bella y no jamás me había sentido tan tranquila como ahora. No tengo que preocuparme por estar enamorada, no tengo que correr de un sitio a otro y se siente bien —Suspiré.

—¿Así que una ruptura te trajo a París? —Preguntó Taylor que se había sentado en el sofá frente a mí.

—No —Negué con la cabeza— Un día le dije, más bien le grité que ya no podía seguir con él y salí corriendo del apartamento. Llegué a casa de un amigo y ahí me escondí por casi un año o algo así. Para mi mala suerte conocí a otro chico, esto realmente suena muy feo cuando lo digo en voz alta, amaba a Jack y de pronto conocí a alguien más —Hice una mueca con la vista perdida, realmente sonaba mal— y no éramos nada, sólo solíamos vernos de vez en cuando, hasta que se acabó mi dinero y regresé a casa de mi madre a la que tuve que darle muchas explicaciones porque no contesté a casi ninguna de sus llamadas en el año que estuve desaparecida...Encontré un trabajo de mesera, junté dinero, dejé al chico que conocí atrás y ahora estoy aquí. Perdiéndome de nuevo —Mi vista volvió a la suya, me encogí de hombros —Sueno como una mala persona.

—Para nada —Estiró su mano y tomó la mía.

—Lo dices porque soy tu amiga —Una lágrima asomó por mi ojo.

—Lo digo porque te conozco y no hiciste nada malo. Hiciste lo que creías correcto y si eso ahora te ha llevado a mirar la luna más bella que jamás hayas visto y sentirte tan en calma, entonces todo va bien —Su boca se estiró en una amable sonrisa. Cuánto lo quería. Él había sido el chico de mi niñez y de mi adolescencia— Lo mejor de todo es que ahora todo saldrá mejor —Soltó mi mano y se dirigió a la pequeña cocina— La cena está lista —Avisó despertando a Boss que se encontraba en mis brazos.

—La cena estuvo deliciosa —Comenté mientras lavaba los platos— Mañana estás cordialmente invitado al mini hogar —Sonreí— Prepararé algo para ti.

—Eso suena increíble —Asintió mientras secaba los platos que le iba pasando— Tengo una buena noticia para ti —Se puso serio— Necesito que te sientes —Me tomó por los hombros y me llevó a la silla más cercana.

—Vamos, dilo —Le pedí al ver que pasaban los segundos y él sólo me veía con una sonrisilla.

—Conseguí un trabajo para ti —Mis ojos se abrieron como platos.

—¿Es en serio? —Dije aguantando las ganas de saltar de emoción.

—Es en una pequeña revista, necesitaban escribir más artículos, sobre moda y cosas así —Se encogió de hombros— Sólo necesitan una pequeña entrevista, pero ya les he hablado muy bien de ti y están realmente ansiosos de conocerte y darte el visto bueno —Taylor me entregó un sobre— Ahí viene todo lo que necesitas llevar, el día de la cita y algunas de sus revistas para que te des una idea de lo que han hecho.

—¡Taylor! Es lo mejor que alguien ha hecho por mí en mucho tiempo —Lo abracé y lloré un poco— No puedo agradecerte todo lo que has hecho por mí, sin ti estaría muriendo de soledad y desesperación en el apartamento —Las lágrimas seguían cayendo sin parar.

—Eres mi amiga, debía pagar por tirarte en la pista de patinaje.

—¡Bendito sea el día en que me llevaste ebria a la pista de patinaje! —exclamé.

Cuando ella se fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora