Sólo para olvidar el mundo.

150 12 3
                                    

—¿Por qué no sales? —Preguntó Leo tocando la puerta de mi habitación.

—El vestido me queda bien pero no lo sé... —Un suspiro sonó al otro lado de la puerta — Posiblemente sea demasiado corto —Halé hacia abajo el vestido esperando que se alargara lo suficiente para que me sintiera tranquila. Era sólo un deseo.

—Por eso Andrew lo escogió —Leo soltó una carcajada — Bromeo sólo sal, Andrew debe... —Silencio — Oh mira justo acabo de recibir un mensaje de él.

—¡En un maldito momento salgo Leo! —Protesté.

Después de mil suspiros me decidí a caminar fuera de mi habitación, lo mejor de todo es que había convencido a Leo y a Andrew (por mensajes) de que no sabía caminar con tacones por lo que aceptaron la propuesta de que usara botas con un tacón grueso y no muy alto.

—Luces bien Jenny —Leo me guiñó un ojo.

—No me digas Jenny —Golpeé su brazo.

Leo condujo tranquilamente hasta el bar, ninguno de los dos llevábamos ya los gorros de fiesta y estaba agradecida por ello, la cinta elástica había terminado por dejarme una marca en la cara después de usarla por mucho tiempo.

—¿Cómo estás pasando tu cumpleaños Jane? —Preguntó Leo tomando mi mano.

—Realmente increíble, agradezco todo lo que han gastado para mí y me siento culpable por haber aceptado toda esa ropa —Contesto mirando por la ventana — Te debo casi un año de renta.

—Jane, sólo quiero que cuando publiques un libro la primera persona a la que agradezcas sea yo —Leo sonrió ampliamente.

—Trato hecho —Me acerqué para besar su mejilla.

—Ya puedo imaginar mi nombre en el libro —Dijo con emoción y eso me hizo reír.

—Llegamos —Dijo Leo antes de abrir la puerta y encontrarme a una multitud con gorros de fiesta.

—¡Feliz cumpleaños! —Gritaron desconocidos y algunos amigos de Leo y Andrew que podía considerarlos también mis amigos. Un poco de confeti cayó por mi cabeza sorprendiéndome. Odiaba las fiestas sorpresas, odiaba ser el centro de atención pero debo admitir que la cara de Andrew sonriendo ampliamente hizo que el odio fuera pasajero ya tendría toda la noche para avergonzarme.

No recordaba haber bebido tan poco en un bar y todo se basaba en el hecho de que me sentía tan feliz que no necesitaba una motivación extra. Los amigos de Leo y Andrew bromearon conmigo como si hubieran sido años el tiempo que nos hemos conocido, incluso algunos dijeron lo mucho que les agradaba y que me consideraban parte del grupo de "sólo chicos".

—Eres como nosotros —Sonrió Arthur —Eres parte de nosotros —Levanto su puño y lo chocó con el mí o lo intentó, ya estaba demasiado ebrio.

—Hora de irnos —Andrew me susurró al oído y no lo pensé dos veces, ya estaba cansada — ¿Te molestaría pasar la noche en mi casa? — Preguntó mientras caminábamos hacia su auto.

—No lo creo —Sonreí y me acerqué para besar su mejilla sus manos estaban ocupadas por el gran pastel de chocolate que había sobrado — Gracias por todo.

Andrew se volvió hacia mí y besó mis labios de la forma más dulce posible.

—Tenías un poco de chocolate, quería limpiarlo —Se encogió de hombros y siguió caminando hacia el auto.

Las sorpresas no terminaron ni siquiera cuando llegamos a casa de Andrew, dentro, en la sala Andrew había formado una especie de casa de campaña que estaba iluminada con lucecitas, había cojines y cobijas acomodadas.

—Espero que no te moleste que vayamos a dormir aquí, quería hacer algo especial —Tomó mis manos y las besó — Ahora necesito ir por algo, puedes acomodarte —Dijo dirigiéndose fuera de la casa.

"No más sorpresas, por favor" pensé mientras iba a su habitación por mi pijama, en uno de los cajones podía encontrar ropa que había dejado. Después de confesarle a Andrew que me sentía enamorada por él la noche pasada, nada había cambiado, incluso él me lo había dicho que también lo estaba cuando pensó que ya estaba dormida. ¿Cómo se supone que no me enamore de él cuando hace este tipo de cosas? Solté un gran suspiro y me acomodé dentro de la casa de campaña improvisada. Minutos más tarde cuando mis ojos estaban por cerrarse Andrew entró con una caja de regalo grande, le costaba trabajo tomarla.

—No más regalos por favor —Pedí mientras cubría con las sábanas la enorme sonrisa que tenía.

—Esta es la mejor de todas.

—¿Mejor que los libros?

—Mucho mejor —Dijo poniendo la caja frente a mí con suavidad.

—¿Puedo agitarla? —Pregunté emocionada, Andrew negó con la cabeza.

—Ábrela —Dijo impaciente.

Quité la tapa lentamente esperando guardar este momento para siempre. Andrew me miraba con impaciencia... dentro de la caja había un pequeño corazón latiendo. Era un cachorrito durmiendo, un pequeño bulldog francés blanco estaba profundamente dormido en el fondo de la caja de regalo, nunca antes había visto algo más bello, ni siquiera Tessa de bebé era tan perfecta como el pequeño ser que se encontraba frente a mí. Inevitablemente mis ojos se llenaron de lágrimas, la sonrisa de Andrew se ensanchó.

—Sé que un perrito es algo que no estaba dentro de tus planes, no en este momento pero cuando lo vi, algo me dijo que tenía que llevarlo con una persona que amara incondicionalmente y... pensé en ti —Las mejillas de Andrew se pintaron de rosa.

—No debo decirlo —Dije entre lágrimas — Pero me gustas mucho y te quiero mucho —Andrew me rodeó con un abrazo y nos recostamos en las sábanas que se encontraban tendidas.

—If I lay here... If just I lay here... Would you lay with me and just forget the world?* —Andrew siguió cantando hasta que me dormí.

*Si yo me recuesto aquí
Si sólo me tiendo aquí
¿Te recostarías conmigo sólo para olvidar el mundo? —Chasing Cars (Snow Patrol)


Cuando ella se fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora