Esa sensación.

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Andrew y yo nos veíamos siempre que para él era posible, pedía algunas noches para llevarme a cenar, ir al cine o simplemente ir al apartamento en donde jugábamos cartas, veíamos la televisión y algunas veces cocinábamos algo para cenar. Siempre llegaba al apartamento con películas o series nuevas, incluso Leo le hacía burla de que perdería el trabajo si seguía faltando con mucha frecuencia, pero al parecer a Andrew no le importaba mucho eso; se dedicaba a llevarme golosinas y películas a casa, incluso me prestaba los libros que él tenía en su casa. Hacia tanto tiempo que no congeniaba tan bien con alguien de la manera en que nosotros lo hacíamos, cuando le negaron más noches libres Andrew decidió invitarme al bar y aun cuando había muchas personas él buscaba tiempo para hablar conmigo. Incluso tomé la decisión de salir con él por las mañanas cuando llegue a la conclusión de que ir al bar tan seguido no le haría ningún bien a mi hígado. Él era especial, siempre lo sería.

–Tienes unos ojos encantadores Jane –Dijo mientras mordía una papa frita.

–Eso dicen –Reí, me fulminó con la mirada – Gracias Andrew –Sonreí ampliamente – ¿Te han dicho que tienes unos ojos muy profundos?

–Eso dicen –Se encogió de hombros.

–Bueno pues así es –Sonreí ampliamente y él hizo lo mismo.

–Te invitaré al cine al próxima semana.

–Suena bien ¿Qué película veremos?

–Es una sorpresa –Me miró con sus hermosos ojos.

–¿Ah sí?

–No, en realidad no tengo la menor idea de lo que hay en el cine –Soltó una carcajada y yo hice lo mismo – En realidad es que pienso que debe ser un martirio vivir con Leo – Volvió la vista hacia su amigo que estaba en el computador.

–Deberías vivir con Jane –Leo rodó los ojos y sonrió – En realidad no, Jane es mi roomie favorita y no dejaré que se marche de aquí –Me guiñó un ojos.

–En realidad soy tu esclava ¿Verdad? –Sonreí.

–Ojalá así fuera –Contestó Leo elevando una ceja

–No quiero seguir escuchando esta plática con doble sentido –Dijo Andrew haciendo una mueca de asco.

A la mañana siguiente desperté antes de los esperado, a las sietes en punto ya estaba pensando en levantarme de la cama y eso hice había despertado con una idea que no había tenido en hace mucho tiempo.

–Leo, Leo, Leo –Lo llamaba mientras agitaba su brazo– Despierta.

–¿Qué sucede Jane? –Preguntó con voz molesta.

–Saldré a hacer las compras, ya sabes, para hacer el desayuno y la comida...

–¿Vas a salir? ¿Tú sola? – Preguntó sin abrir los ojos – Suerte con eso.

–Gracias –Sonreí – Ya me voy –Comencé a caminar fuera de su habitación.

–Toma dinero de mis bolsillos del pantalón hay suficiente –Dijo justo antes de que cerrara la puerta.

–Esta vez pagaré yo –Cerré la puerta rápidamente para que no tuviera tiempo de negarse.

Me puse un poco de maquillaje, cepillé mi cabello y me dispuse a salir del apartamento no sin antes soltar un suspiro, era la primera vez que saldría de casa sin la compañía de Leo o Andrew, estaba nerviosa.

Caminé por las calles de Nueva York con la seguridad de que estaba siendo observada, me sentía un poco incómodo y a veces creía verlo entre el gentío, así que antes de que tuviera un ataque de pánico comencé a caminar más rápido parar llegar al supermercado que no se hallaba ya muy lejos. Cuando entré en él me sentí segura y solté un suspiro de alivio, estaba protegida. Caminé entre los estantes con comida enlatada y coloqué en el carrito algunas cosas que hacían falta en el apartamento, frutas, algunos condimentos, carne para hamburguesas y otras que no hacían tanta falta como papas frutas, helado y algunos dulces.

Cuando ella se fue.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora