❝Hay una ciudad donde cada persona tiene un color especial y un significado propio.❞
Myoui Mina era paz y tranquilidad, sólo eso, nada más. Después de todo y podía vivir así para siempre.
O eso creía hasta que una persona nueva apareció.
Son Chaeyou...
Chaeyoung pasaba sus dedos por los distintos frascos de pintura sobre la estantería de su trabajo. Tenía su propia tienda de Artes ubicada en el centro de la pequeña ciudad.
Chaeyoung pensaba que las personas eran como la pintura y las pequeñas obras que podían crear. La gente a veces se iba, y otras personas llegaban.
Como cuando se te acaban los colores de la caja de acrílicos y debes conseguir otra para seguir pintando.
Cada persona dejaba un poco de color en tu vida. La chica anaranjada creía que Mina iba a ser así, que se iría tarde o temprano después de enterarse que su vínculo había estado a punto de romperse. Pero no quería otra Mina, la quería a ella solamente. Y ahora tenía claro que la azulada también la quería.
Ese día, Chaeyoung estaba particularmente feliz y cuando su turno acabó, estiró una de sus manos mientras caminaba a casa y dejó un rastro de flores a su paso, ya que sentía que era su deber anunciar la primavera.
A la bajita le gustaba sentir el calor del Sol en su piel. Pero, sin duda, la mejor sensación del mundo, era que al llegar a casa, sentía unos pasos desde su puerta y luego un abrazo rodeando su cintura. Mina era la mejor parte de su día.
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