❝Hay una ciudad donde cada persona tiene un color especial y un significado propio.❞
Myoui Mina era paz y tranquilidad, sólo eso, nada más. Después de todo y podía vivir así para siempre.
O eso creía hasta que una persona nueva apareció.
Son Chaeyou...
Mina salió corriendo del lugar. Sin poder si quiera mirar atrás.
Sabía que había hecho algo incorrecto y eso le hizo darse cuenta de que Dahyun no era más que una amiga a sus ojos.
Nunca debería haber aceptado.
Sus pasos se detuvieron lentamente... Oh, Chaeyoung.
No había pensado en eso.
Eran destinadas, Chaeyoung probablemente ya lo sabía. Son probablemente estaba sufriendo otra vez. La chica azulada intentó respirar bien, hasta que pudo calmarse.
Estaba segura de que jamás la perdonaría por esto. Pero ¿Mina estaba enamorada de Chaeyoung? ¿Podía decir si quiera que la amaba?
No, porque aún una parte de ella decía que eran tan opuestas que siempre estaría haciéndole daño a la otra... Chaeyoung tenía que ser feliz y ella no la estaba ayudando.
Se armó de toda la energía que le quedaba y siguió corriendo, tenía que llegar pronto donde estaba su razón de ser.
Y es que, para Mina, la chica anaranjada era casi tan necesaria como respirar.
(...)
Chaeyoung temblaba, le dolía mucho el corazón. Había llorado en silencio en los brazos de Nayeon para poder hacer el dolor menos fuerte, pero no estaba funcionando. la chica de color dorado le hacía cariños en el cabello pero aún así, eso no la hacía sentir ni un poquito mejor.
Terminó pidiéndole amablemente a Nayeon que se quedara con ella por si ocurría algo. Porque Chaeyoung no tenía claro porque esa molestia se encontraba atormentando su corazoncito.
Se durmió llorando acostada con Nayeon en el sillón.
La mayor no quería ver a su amiga sufriendo por alguien que siempre le traía tanta tristeza. Ojalá Myoui Mina nunca se le cruzara por el camino o no respondería por sus actos.
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