Armitage

1.3K 53 0
                                    

Me despierto, sintiéndome demasiado tibia, y me doy cuenta de que estoy envuelta alrededor de una desnuda Carmilla Karnstein. La luz suave de la mañana se filtra a través de las cortinas cuando me doy cuenta de que hemos dormido en su cama la noche entera por segunda vez. Soy yo, quien, sorprendentemente, la sostiene mientras mi mano izquierda yace sobre su piel, ahí tocando sus cicatrices secuelas de la viruela.

No puedo evitar sentir como si hubiera otra presencia en la habitación, como si alguien hubiera estado observándonos dormir. Estás siendo paranoica, Hollis.

Levanto la cabeza ligeramente, el sexo que tuvimos anoche sigue fresco en mi mente. Ella no se asustó cuando la toqué o jugaba con ella. Siendo muy cuidadosa, acaricio suavemente mis dedos sobre sus pechos y sus cicatrices, y no se resiste. No puedo creerlo, ella es realmente mía. Se ve tan joven, tan relajada, muy lejos de su verdadera edad. Me inclino y beso con ternura una de las cicatrices en su espalda. Ella gime en voz baja, pero no se despierta, y me sonríe. La beso de nuevo y la oigo soltar un gruñido tranquilo. "Hola." Sonrío con cara de culpa.

"Hola", ella responde con cautela, volteando la cabeza para mirarme. "Qué estás haciendo?"

"Acurrucándote." Paso los dedos por su brazo y su pelvis, con un toque bastante posesivo. Ella captura mi mano, entrecerrando sus ojos, luego me brinda una sonrisa típica de ella y me relajo.

Acaricia mi nariz con la suya. "Creo que no es para nada buena, señorita Hollis," me acusa, pero su sonrisa se mantiene.

"No puedo ser buena estando cerca de ti."

"A no?" pregunta y me besa suavemente en los labios.

"Sí. Anoche fue increíble, y um..." Me dejaste tocarte. "Las cosas buenas parecen suceder."

Carmilla rueda sobre su espalda y colocó mi mano directamente sobre su pecho lleno de cicatrices, alarma y pánico en sus ojos cuando la abraso. "Me tocaste anoche, y..." traga saliva, "No entre en pánico entonces. No vi miedo en ti, ni asco, me dijiste que me amabas y harías cualquier cosa por mí."

Ella tenía miedo, pero estaba afrontando algo, y yo iba a ayudarla a hacerlo. "Lo haría. Lo haré. Podemos marcar donde tengo permitido tocarte y donde están las zonas restringidas."

"Yo um, en realidad planeaba hacer algo como eso. Me harías un favor?"

"Por supuesto. Qué quieres?" Le respondo al instante.

"Dime que sigo siendo hermosa. Que todavía soy humana. Que esta porquería en mi piel, no importa."

Asiento con la cabeza y me monto sobre ella, mis labios suavemente se presionan contra la cicatriz en forma de cruz sobre su pecho izquierdo. "Eres la mujer más hermosa que he conocido, Carmilla. Eres generosa," beso la cicatriz, y arrastro mis labios hacia otra parte de su piel quemada, "y compasiva", planto otro beso en otra cicatriz ", y la más humana de las personas que he conocido." Mis labios se mantienen buscando y besando sus cicatrices cuando la escucho sostener las lagrimas.

"... y la porquería que ha arruinado mi piel?" Mis labios se mantienen besando sus cicatrices mientras sigo bajando por su torso.

"No estás arruinada; eres querida. Enfrentaste batallas que yo nunca tuve que pelear. Temo por la forma en que sobreviviste y estoy condenadamente orgullosa de todas y cada una de tus marcas. Amo cada parte de ti, incluidas tus cicatrices ".

Carmilla ahoga un suspiro mientras agradece de forma tranquila, toma mi cabello y hace mi cabeza hacia tras, rozando su pelvis con la mía.

"Entonces, sexo o desayuno?" pregunta, Veo sus ojos oscuros y claramente tratando de usar humor para cubrir su vulnerabilidad. Pensé que mi camino de besos estaba haciendo muy obvio mi intento.

50 Sabores AgridulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora