La Petición de Lilita

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Armitage me encuentra en el ascensor, aliviada por finalmente llegar a casa después de un largo día en el trabajo.

"Por favor, llama a la Sra Karnstein. No quería molestarte hasta que estuvieras libre".

"Está bien", murmuro, sacando el teléfono para hacerlo. Responde al primer tono.

"Hola", responde con cautela. Ella sabe que todavía estoy molesta. Ni siquiera he pensado en lo que tengo que decirle.

"Todavía estas molesta?" pregunta.

"No sé", murmuro honestamente mientras Armitage entra en el coche y yo me coloco el cinturón de seguridad.

"Ha sido un día de mierda", Carmilla dice.

"Sí lo ha sido." Por primera vez desde que me fui a trabajar esta mañana, empiezo a relajarme. Sólo escucharla es como una especie de cura; toda la mierda de parte de James, el pánico que tenía en el almuerzo, y la molestia por el correo de Madre pasan a un segundo plano. "James quería todo su papeleo listo antes de irse de viaje; lo juro, Solo quería hacer que me quedara hasta más tarde y que me sintiera mal porque no puedo ir con él."

"Intento algo más?"

"En realidad, no. Parecía sorprendido cuando se dio cuenta de quién eras y que éramos novias."

"Él no sabe nada de..."

"...por supuesto que no. Pero que eres la soltera más rica de la ciudad, por lo visto. Justo como pensé, la sola mención de tu nombre lo hizo dar marcha atrás. Así que confía en mí cuando digo que puedo manejar esto. Cómo fue tu día? "

"Mejor ahora que vas a venir a casa. Estoy teniendo problemas para conseguir que mis prototipos lleguen a África para la prueba sin tropezar con algún aspirante a caudillo exigiendo un millón de dólares para no romper mis cosas." murmura, "De todas formas, gracias por llamarme. Nos vemos en un rato." La llamada termina y siento el silencio relativo mientras JP conduce a través del tráfico vespertino.

Ambos parecemos un poco melancólicos y contemplativos cuando Armitage se estaciona, mirando alrededor y comprobando todas las entradas posibles antes de permitirme salir del coche.

"Supongo que no hemos encontrado Sarah-Jane todavía."

"No. Spencer sigue buscándola," murmura con desaliento. Las puertas del ascensor se abren y damos un paso. Él tiene una tarjeta de acceso y la desliza con el fin de seleccionar la planta superior donde vive Carmilla. Bueno, eso es nuevo.

"Puedo tener una tarjeta de acceso también?"

Armitage asiente. "Deberá llegarte pronto, sólo tenían para Kirsch y LaFontaine."

Llegamos a nuestra planta y la puerta del ascensor se abre. Carmilla está allí ya, y el cambio en el aire me dice que se ha movido con velocidad de vampiro para encontrarse conmigo. Ella, por supuesto, luce sus gloriosos rizos alborotados con una blusa blanca y traje oscuro. De repente está ahí, esa tensión y sentimiento indescriptible de anhelo, deseo, electricidad. Si fuera visible, sería una intensa aura azul alrededor y entre nosotros, tirando de ambas como electroimanes por la potencia implícita. Sus labios se separan cuando me mira.

"Lo sientes?" respira.

"Sí." Jadeo, dando un paso hacia ella.

"Oh, Laura." Gime y me toma, sus brazos serpentean alrededor de mí, con una mano en la parte posterior de mi cuello, inclinando mi cabeza hacia atrás mientras sus labios encuentran los míos. Mis dedos se entierran en su cabello y acarician su trasero mientras ella me empuja contra la pared del ascensor. "No me gusta discutir contigo," ella respira en contra de mi boca, y hay un desesperado pero apasionado beso. Explota el deseo en mi cuerpo, toda la tensión del día en busca de una salida, luchando contra ella, en busca de más. Ahora sólo somos lenguas, suspiros, manos y tacto, hay una... conexión. Su mano está en mi cadera, y de repente está subiendo la falda estilo lápiz, sus dedos acarician mis muslos. Mi cabeza se inclina mientras sus labios, de forma natural, se encuentran en mi cuello y sé que sus ojos brillan color plata, incluso mis propios ojos se cierran con deleite.

50 Sabores AgridulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora