Medias

1.2K 52 1
                                    

En menos de tres segundos, Kirsch y Armitage irrumpen en el dormitorio de Carmilla. Todavía llevan sus trajes de etiqueta, aunque las corbatas están deshechas y los cuellos desabotonados para mayor comodidad. Antes de que Carmilla pudiera explicar lo que estaba pasando, Armitage se arrodilla ante ella en actitud de súplica.

"Ama-Señora Karnstein, humildemente pido perdón y con mucho gusto aceptaré cualquier castigo que considere conveniente."

"Puedo castigarte más tarde, por ahora tengo que aclarar mi mente." Lo mira con disgusto, hay una especie de mirada malévola en sus ojos que me excita y asusta al mismo tiempo. "Baja. Tu. Barbilla." Así lo hace Armitage y Carmilla jala la parte posterior de su pelo corto violentamente hacia delante, haciéndolo caer a cuatro patas y gemir de dolor antes de dejar escapar un sonido de profundo placer, lo que nos confunde a Kirsch y a mí.

"Oh, por fin. Esa dulce música." Una expresión de alivio recorre características del rostro de Carmilla mientras mira hacia abajo. "Busquen conmigo." Camina lentamente unos pasos antes de mirarme con su rostro firme y... dominante. Mis ojos se dirigen a Armitage, que se arrastra a su lado como un perrito fiel, con los ojos vidriosos y la respiración superficial como si no estuviera del todo allí en el momento.

"Cuánto tiempo hace que la viste?" Carmilla indaga, mirándome como si estuviéramos en una entrevista de trabajo. Suelta su agarre sobre el cabello de Armitage para abotonarse la blusa, rápidamente se hace de una falda y un par de tacones del armario y se los pone sobre sus medias.

"Um, unos diez minutos", murmuro, por alguna razón, siento culpa.

"Bien, ella conoce el apartamento como la palma de su mano," Carmilla se vuelve hacia Kirsch, acariciando su muslo dos veces en rápidos ademanes y apunta al suelo. Armitage se coloca en ese lugar tomando la posición apropiada para que Carm se siente sobre él y pueda ponerse sus tacones. "Me llevaré a Laura de aquí. Sarah-Jane se esconde en alguna parte del apartamento. Encuéntrenla. No volveremos hasta que este lugar sea seguro. Entiendes?" Carmilla dice secamente.

"Sí, Sra Karnstein. A dónde irá?" Kirsch responde, obligándose a no mirar a Armitage interpretar un banco viviente.

"No me importa. Reservaré en alguna parte." Se levanta y se baja de Armitage, que está respirando profundamente, pero no por el esfuerzo. Acaso se ha excitado por esto?

"Armitage, busca unos zapatos para Laura. Nos vamos en cinco minutos." Él se levanta y corre para cumplir su orden.

"No estamos todos exagerando un poco?" Pregunto yo.

Carmilla parpadea hacia mí. "Quizá traiga un arma de fuego con ella", gruñe.

"Carmilla, ella estaba frente la cama. Pudo haberme disparado entonces, si eso es lo que quería hacer."

Carmilla hace una pausa por un momento para contemplar lo dicho. "No estoy dispuesta a correr el riesgo. Kirsch, reserva una habitación bajo el nombre de mi secretaria."

"Ven". Toma mi mano con fuerza, y prácticamente tengo que correr para mantenerme a su lado debido a sus largas zancadas hasta el gran salón.

"No puedo creer que haya podido ocultarse en algún lugar aquí", murmuro.

"Es un lugar grande. Aún no has visto todo."

"Por qué no sólo la llamas... dile que quieres hablar con ella"

"Laura, ella es inestable y puede estar armada", dice con irritación. "Se supone que simplemente debo decir: ''Sal, sal de donde quiera que estés? "

50 Sabores AgridulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora