15. Inesperada sorpresa

92.6K 6.5K 2.7K
                                    

Recordé el momento en que Max me dijo sobre la visita de su amiga. Ella vendría a pasar unas vacaciones a la ciudad. Tal vez creyó que me pondría histérica, pero no fue así. Entendí que mi comportamiento fue infantil. Sí, lo acepto; tuve un arranque de celos estúpidos y sin sentido.

Hoy era el último día de estudio con Maxwell, pero algo me impidió ir. Aquello que toda chica detesta. Cólicos menstruales. El tormento de cuatro días por mes. La peor parte es que me mi madre se fue de compras, prácticamente me dejó abandonada sufriendo de la maldita menstruación. Tuve que comunicarme inmediatamente con él para suspender nuestra clase de estudio, ya que conociéndolo, sé que se molestaría por faltar sin justificar mi ausencia.

-Te dije que me siento mal. Cosas de chicas.

-¿Qué tipo de cosas? -volvió a preguntar por tercera vez.

Cuando se empeñaba en ser un terco lo lograba ¿Qué no está claro a lo que me refería cuando digo "cosas de chicas"?

-No puedo salir porque no tengo ánimos y porqué los malditos cólicos me lo impiden ¿ahora ya entiendes a qué me refiero?

- ¡Oh! -Se mantuvo en silencio por un momento. Solo pude oír su respiración -. Entonces no podremos tener la última clase de asesoría. Descansa. Cuando te sientas mejor, me dices si estás preparada para tu examen de Física.

-Yo te lo hago saber -Fue lo último que dije y colgué.

Si tan sólo hubiese comprado las pastillas para cólicos, no estaría aquí muriendo. Claro, si fuese una chica responsable, lastimosamente no lo soy.
Unos minutos después mi móvil sonó. Era un nuevo mensaje.

De: Maxwell

"Le pregunté a mamá sobre tu problema. Me ha dicho que una infusión alivia el dolor. Pídele a tu madre que te lo prepare y listo"

¿Cree que no lo sé? Eso toda chica lo sabe.
Me apresuré a teclear una respuesta:

"Ya lo sé. El problema es que mi madre no está aquí y me he quedado sin dinero para comprar. Tendré que esperar a que llegue, que, conociéndola
sé que tardará horas en hacerlo. No siempre se da ese lujo de salir de compras"

No obtuve respuesta de él, inclusive esperé minutos pero nada. Me ignoró. ¿Pero que me esperaba? Estoy hablando de Maxwell Dolan. Para anestesiar el dolor se me ocurrió hacer algo o pensar en otra cosa. Entonces, el libro que no terminé hace un par de semanas, vino a mi mente. Bien, eso me ayudaría a pesar el rato. Me levanté con dificultad, llegué a la estantería donde tenía mis libros, regresé a mi cama y comencé a leer. Devoré capítulo tras capítulo, inclusive releí una parte, aquella que se convirtió en mi favorita.

-Espera -suplicó-. Espera.

Alargó su mano hacia el rostro de Karou y ella se presionó contra su mejilla.

-Quiero que sepas que me sentí atraído por ti (por ti, Karou) antes de descubrir el hueso. Antes de darme cuenta, y creo... creo que siempre te encontraría, sin importar lo escondida que estuvieras -la miró con extraordinaria intensidad-. Tu alma y la mía cantan la misma canción. Mi alma es tuya, y siempre lo será, en cualquier mundo. No importa lo que suceda... -su voz se quebró y tuvo que respirar hondo-. Necesito que recuerdes que te amo.

El timbre interrumpió mi lectura. No sé exactamente cuándo tiempo estuve leyendo, pero el tiempo pasó demasiado rápido. El timbre sonó por segunda ocasión. ¿Tan pronto llegó mamá?

Al abrir la puerta mis ojos se agrandaron de la impresión. La persona que se encontraba parada fuera.... es la persona que no creí que vendría ¿Cómo diablos sabe mi dirección?

Pequeña mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora