¡PENÚLTIMO CAPÍTULO! Sólo queda el capítulo final más el epilogo.
Dedicaciones:
Eun Bi y Derek nunca llegaron a la fiesta. Los busqué por todos los rincones del jardín, pero no los encontré. ¿A dónde se habrán metido?
Regresé al lugar donde me alejé de Max. Para mi sorpresa no estaba allí. Me escabullí entre las personas buscándolo. Un grupo de personas que se encontraban en la barra de bebidas aplaudían y gritaban. No podía saber que estaba pasando pues no me permitían ver con claridad debido al círculo que formaron.
Sin pensarlo dos veces me acerqué.
—¡Hasta el fondo, hasta el fondo! —gritaron esas personas.
Abrí paso entre ellas lo que me permitió ver porqué tanto escándalo.
No daba crédito a lo que mis ojos veían. Mi mandíbula cayó al mirar a Max abriendo la boca mientras dos tipos llenaban su cavidad bucal de bebidas alcohólicas.
—¡Max! —exclamé lo suficientemente fuerte para que me oyeran.
Todos dirigieron su mirada hacía mí. Algunos me miraron con fastidio pues arruiné su diversión, mientras que otros se marcharon.
Un Max irreconocible esbozó una sonrisa.
—¡Pe-rooo si es mi amada! —El tono que utilizó fue muy sobreactuado.
Él caminó torpemente hasta mí y se aventó a mis brazos, lo cual me tomó de sorpresa.
No podía creerlo. Esto debía ser una broma de mal gusto. Maxwell borracho, era algo imposible. Lo sacudí para hacer que me viera a la cara.
—¿Qué te pasó? Te dije que trajeras algo de beber, no que te embriagaras—bufé.
No le importaron mis palabras, pues siguió tambaleándose mientras aplaudía a las personas que bailaban.
—¡LA VIDA ES HERMOOSAA!
¿Quién diablos le haría esto? Él no es un tipo que le gustara el alcohol, mucho menos el exhibicionismo.
—Es mejor que nos vayamos. No estás en buenas condiciones —hizo un puchero, acto seguido puso su dedo sobre mis labios deteniendo mis palabras.
—Estamos pasándola bien.
Ni era capaz de mantenerse firme, su cuerpo parecía gelatina. Necesitaba ayuda de alguien para llevarlo a su casa.
Por un momento lo dejé ahí parado. Mi objetivo era encontrar a Seth. Después de un par de minutos buscándolo, lo encontré bailando con una chica, de una forma no tan decente. Iba a ser muy incómodo entrometerme, pero no me quedaba otra opción.
A paso lento llegué hasta ellos, tiré suavemente de su camisa para llamar su atención. Él se giró aún con una sonrisa en el rostro.
—No quería molestarte, pero no sé qué hacer. Max está borracho.
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Pequeña mentira
Novela JuvenilLa desesperación por conseguir un novio ficticio llevó a Gwen Collin a tomarle una foto a un desconocido y hacerlo pasar por su novio. Ella creyó que no habría problema con mostrarle la fotografía a sus amigas, pero no contaba con que éste fuese el...