Luego del mal momento que tuvo que pasar debido a las artimañas del ministro del reino, Zelda se encontraba encerrada en sus aposentos, observando con suma atención su reflejo en el espejo.
Sin poder evitarlo, las lágrimas invadieron su rostro de manera desorbitada, pues de ninguna manera deseaba que su amado saliera lastimado por el hecho de estar relacionado con ella... pero al mismo tiempo, el dolor de la separación era otro tormento que no creía el poder soportar, mucho menos ahora que se había reencontrado con su eterno amor y el único que había logrado terminar con la soledad de su alma.
En esos momentos se preguntó, ¿por qué tuvo que nacer bajo el yugo de la realeza y el qué dirán?, ¿acaso no tenía derecho de amar a quien deseara, sin que las clases sociales interfirieran?, ¿no era suficiente que Link sea el héroe elegido por las Diosas y haya salvado a todo el reino para que sea digno de ella?
Nada de esos detalles importaban para el Consejo y mucho menos para el causante de sus penas, al que desde niña, inexplicablemente, rechazaba con intensidad.
Muy a su pesar, había tomado una decisión, la cual sólo significaba sacrificar lo más hermoso y verdadero que había tenido en su vida...
...
A la llegada de la noche, cuando la luna y las estrellas estaban alumbrando el palacio desde las alturas, el héroe elegido se encontraba subiendo el tan conocido balcón para cobijarse en los brazos de su amada. La joven, como siempre, lo estaba esperando en dicho sitio, fingiendo mostrar una cálida sonrisa para no dar a notar su malestar.
Una vez que el joven logró llegar a su destino, vio a su amada esperándolo completamente hermosa y perfumada para deleitarlo. Esa imagen causó en él una conocida reacción, en la que corría a sus labios para devorarlos con apasionamiento, haciendo que su princesa le corresponda con la misma fiereza.
- Buenas noches, preciosa. Ya estoy aquí para amarte intensamente. – dijo sonriendo, acariciando el rostro de su amada.
La joven no respondió de inmediato, simplemente se abrazó a su amado con fuerza y desesperación, embriagándose con su aroma y sintiéndose protegida entre sus fuertes brazos.
- Link, quiero que esta noche me hagas el amor como nunca antes lo hayas hecho. Tómame sin miramiento alguno, con la fiereza y apasionamiento que te caracterizan... como si fuera la última vez. – pidió, evitando que las lágrimas la delaten.
Al escuchar esas palabras, el capitán se sintió extrañado, pues de alguna manera pudo percibir tristeza y desolación en ellas. Fue en ese momento, que se disponía hablar para salir de sus dudas, pero los labios de su amada impidieron su acción para luego ser llevado al interior de la alcoba mientras las cortinas cubrían todo lo que estuviera a la vista...
...
Una vez más, los besos y las caricias se hicieron presentes en la intimidad de las sábanas, simbolizando la ferviente entrega que se estaba dando entre los amantes.
Con vehemencia y deseo, la princesa recorrió con sus labios y manos cada rincón del cuerpo de su amado, deleitándose con tan fascinante camino y causando en el joven sublimes sensaciones que se reflejaban en los profundos quejidos que nacían de su desesperada boca.
No hubo noche en la que el capitán no disfrutó de los placeres de la mujer que le pertenecía, mas esta era la primera vez que lo hacía de manera tan intensa, donde cada roce o cada palabra de amor y excitación, causaban en él una exaltación de sensaciones en su acelerado corazón.
Sintiéndose satisfecho y con deseos de devolverle los tratos a su princesa, el joven tomó las riendas de la situación y empezó a estremecerla acariciando cada secreto rincón de su tersa y pálida piel. Los sonoros y ensordecedores gemidos por parte de ella eran como música para sus oídos, pues saber que su amada gozaba en sus brazos mientras jadeaba su nombre con apasionamiento, lo volvían completamente loco.

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Lazos eternos
FanfictionDespués de la cruenta batalla contra Ganondorf, Link fue nombrado Primer Caballero de Hyrule y se fue a vivir al palacio. Desde ese momento, nace entre él y la princesa del reino, un amor puro, apasionado y desenfrenado, el cual, a pesar de ser impo...