Impa entró a la casa, sin siquiera esperar a que Link la invite a pasar, pues este se encontraba tan impactado con lo que acababa de escuchar que no pudo pronunciar palabra, mientras su corazón latía con prisa. El joven se dio la vuelta con la intención de corroborar lo que se había enterado, provocando que la Sheikah comience a hablar.
- Comprendo que estés impactado con mi poco tacto para hablarte... pero lo que digo es cierto. – dijo, seria.
- No puede ser cierto... Impa, con todo respeto, no tiene derecho de venir a perturbarme. – reclamó Link.
- ¿A perturbarte? ¿Acaso crees que perdería el tiempo en algo como eso? Parece que no me conocieras. Link, Zelda no ha dejado de amarte, y si en el pasado te alejó de su vida fue por amor a ti, para protegerte.
Link no daba cabida a lo que estaba escuchando. Por un momento pensó que estaba teniendo un maravilloso y perturbador sueño, pues por un lado, su princesa lo amaba como lo deseaba, pero por otra parte, temía que le esté mintiendo, que use su corazón para después desecharlo, como lo había hecho en el pasado.
- ¿Protegerme? ¿De qué? Si con su sentencia terminó por destruirme, por desbaratar todo lo que yo soñaba vivir con ella. Desde el día que me separó de su lado estoy muerto en vida, y si aún sigo en pie es por mi hijo, lo único honesto y maravilloso que nació de mi amor por Zelda, pues por su parte sólo hubo burla. – sentenció el guerrero, mostrándose herido.
- ¡NO TE PERMITO QUE DIGAS ESO! ¡TE LO PROHIBO! ¿Acaso crees conocer a Zelda mejor que yo? No tienes idea el infierno que ha vivido. Le tocó separarse de quien amaba en contra de su voluntad, descubrir que iba a ser madre sola en medio de una sociedad dura e implacable, sin un hombre que la protegiera, que la respetara y la honrara; porque eso sí, para hacerte con ella y embarazarla no tuviste ningún problema, ¿no? – reclamó Impa, enfurecida.
- ¡Se equivoca! Mis intenciones con ella eran serias, incluso deseaba pedirle matrimonio, sin importarme la oposición del maldito consejo. La amé y la sigo amando, y todo lo que ocurrió entre nosotros fue por voluntad y decisión de los dos, nunca la forcé a nada, todo fue por amor. Reconozco que fue una irresponsabilidad, sobre todo mía, de no haber medido las consecuencias de nuestros actos, pero de haberme enterado que ella estaba embarazada desde el inicio, sin ninguna dura hubiera dado la cara por ella, me hubiera enfrentado a lo que sea con tal de darle el sitio que se merecía, el de una dama, el de la madre de mi hijo y de mi esposa. No puedo hacer nada para borrar el pasado, pues Noah ya está aquí y es lo más hermoso que tengo, ya que al perderla a ella, me quedé totalmente vacío. – expresó el joven, dolido a más no poder.
- No la has perdido aun... pero si lo harás sino la salvas del calvario al que Abel la ha sometido. Él es el culpable de que ustedes se hayan separado.
Al escuchar el nombre de aquel hombre, una sensación perturbadora e incómoda molestó al joven, quien se preguntó qué podría tener que ver el Ministro en la decisión de Zelda de haber finalizado su relación.
- Cuando Abel descubrió que Zelda estaba contigo, la obligó a que te dejara, amenazándola que si no lo hacía iba a torturarte hasta matarte. Por ese motivo, ella se vio forzada a tomar la dolorosa decisión de alejarte, usando duras palabras para que te decepciones de ella, pues prefería tu odio y resentimiento antes que llorar en el lecho de tu muerte, cosa que nunca iba a soportar. Yo estuve con ella la noche de ese terrible día, por lo que puedo darte fe de que lloró como nunca antes lo había hecho, a punto de no poder ni levantarse del suelo por lo destruida que se sentía.
El guerrero se sintió destrozado al escuchar el testimonio de Impa, mas prefería no decir nada al respecto, pues sabía que esta no había terminado de hablar.

ESTÁS LEYENDO
Lazos eternos
FanfictionDespués de la cruenta batalla contra Ganondorf, Link fue nombrado Primer Caballero de Hyrule y se fue a vivir al palacio. Desde ese momento, nace entre él y la princesa del reino, un amor puro, apasionado y desenfrenado, el cual, a pesar de ser impo...