Lazos eternos

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Capítulo 13: Lazos eternos

Los típicos sonidos del nocturno ambiente se habían silenciado por completo, como si se hubieran espantado debido a lo que acababa de suceder con la joven pareja, expectantes al desenlace de la situación que se había dado entre ambos.

Sin saber qué decir, la princesa observó a su pequeño bebé en brazos de quien menos lo esperaba, de uno de los seres que le había dado la vida. Jamás se imaginó que su sagrado secreto se hubiera revelado de manera tan impactante, donde su amado sostenía con recelo a la criatura que en tan sólo pocas horas se había convertido en su razón de ser, en su vida entera. Link miró de frente a Zelda, mostrando en su rostro completo resentimiento y desagrado, dolor debido a que la mujer que amaba le había ocultado un hecho tan importante que se relacionaba a sí mismo.

- Link... yo...

- Guarda silencio. Ninguna palabra justificará lo que has hecho. – espetó con dureza.

- No lo entenderías. – contestó la joven, impactada.

- ¿Entender? Según tú, ¿qué debo entender? ¿Qué me ocultaste por todos estos meses que la criatura que llevaste en el vientre, hasta el día de hoy, se trata de mi hijo?

- Imagino que Ravio te lo dijo...

- Cualquiera me lo pudo haber dicho, eso es lo de menos. No puedo creer hasta dónde puede llegar el desprecio que sientes por mí, negarme lo que por derecho me pertenece.

- ¡Ya te dije que no lo entenderías! Tuve razones muy poderosas para habértelo ocultado, y no sólo a ti, pues aparte de Ravio, Impa sabe mi secreto, pues eso es mi hijo en este palacio, un enigma; una desamparada criatura a la que supuestamente estoy criando por humanidad, mas no porque haya nacido de mí. – dijo la princesa, exasperada.

Link se quedó impactado con la revelación de la regente, espantado por saber que durante tantos meses había ocultado su embarazo y posterior nacimiento de su retoño, lo que le hizo comprender que toda la situación era sumamente peligrosa. ¿Qué motivos la habrían empujado a ello? Era obvio que como soberana del reino tener un hijo fuera del matrimonio era la peor vergüenza que pudiera significar, pero el guerrero presentía que había algo más que desconocía. Sin embargo, decidió no averiguarlo, asumiendo el dolor que él no era nadie para intervenir en la vida de la mujer que había destrozado su corazón.

- Con lo que me dices, sólo me doy cuenta que este lugar es inseguro para mi hijo. Eres una completa irresponsable por someterlo a este tipo de vida.

Ante las devastadoras palabras de su amado, la princesa sintió como su alma se despedazaba. Sin embargo, ocultó su sentir por profundo enojo, pues este la estaba cuestionando en su papel de madre.

- ¿Cómo te atreves a hablarme de esa manera? Mi hijo no ha sido sometido a nada que atente contra su vida, sino todo lo contrario. Desde que me enteré que lo estaba esperando, hasta el día de hoy, sólo le he dedicado todo mi amor y cuidados, protegiéndolo como una fiera de cualquier cosa que quiera lastimarlo. Tú no tienes ningún derecho a intervenir, pues soy yo la que se ha encargado de él, nadie más. – reclamó, totalmente dolida.

- Yo no sabía que estabas embarazada, no me culpes de nada. De haberlo sabido, hubiera hecho lo que sea para convertirte en mi esposa de inmediato. – declaró impaciente, sin poder callar ni un segundo más.

El semblante de la princesa se relajó de manera abrupta ante el decreto de su amado, sorprendiéndola con sus intenciones para con ella de haberse enterado de su embarazo. Unir su vida en matrimonio.

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