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No está fuerte pero allá ustedes si lo leen xD
Besos!

Te llamé repetidas veces sin respuesta alguna. Estabas en la cocina preparando la comida para el trabajo junto con la cena. Movías los platos ignorandome por completo. Te llamé una última vez con enojo.

Nada. Seguías en tu plan de no responder a mi llamado.

Conté hasta diez para calmar mi frustración, iría a verte y no quería molestarme más de lo que ya estaba.

— ¿Mely? —mascullé. Al estar en el umbral de la cocina pude ver unos cables negros colgar de tus oídos.

Sonreí, el enojo que sentí se esfumó ya que no me ignorabas, simplemente no me escuchabas por los putos auriculares.

Solté una pequeña carcajada que no percibiste al verte mover al compás de la música. Movías demasiado los hombros y los brazos mientras meneabas el contenido del sartén. De pronto te detuviste, pensé que habías sentido mi mirada sobre ti, pero no fue así.

Por lo que pude suponer la canción había terminado dándole el paso a una nueva.

Movías tus caderas con lentitud, pasaste tu mano por tu cuerpo, esas dos simples acciones hicieron que mi sangre se acumulara en mi parte noble.

Abriste un poco las piernas mientras tomabas la sal que se encontraba a tu lado. Hechaste el ingrediente mientras bajabas con movimientos circulares.

Necesitaba estar dentro de ti antes de que explotara.

Me acerqué con rudeza, te tomé por la cintura y apagué la estufa.

—Elioth, necesito acabar la cena —dijiste entre jadeos. Devoraba tus labios con desesperación impidiéndote respirar con normalidad. Te levanté dejándote en el borde de la mesa.

—Tengo la cena en mis manos —susurré en tu oído. Bajé tus bragas con necesidad de ti, después de darte placer me introducí en el paraíso que acaba de degustar.

Fue... Maravilloso.

—No me vuelvas a provocar de esa manera, mi amor.

Sonreíste con malicia mientras recuperabas el aliento. Te recostaste en la cama mientras me encaminaba a la ducha, al salir ya estabas sumida en un profundo sueño.

Llegué al trabajo feliz y con comida comprada, no quise agotarte más, mi dulce bailarina erótica.

En La Monotonía Del Matrimonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora