43.

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El matrimonio implica sacrificios.

Tenemos muchas deudas.

Busqué un segundo trabajo y lamentablemente lo encontré.

Llegué directo a la cama, excavar pozos para una jodida casa no es cosa fácil.

Aunque nuestra semana no sería tan escasa y hasta podría cumplirte un capricho. Todo sea por nuestro bienestar.

Pensé que te enojarías por ni siquiera darte un beso al llegar, solo quería descansar.

Tenías una pinta de frustración y me preparé mentalmente para una pelea.

—Quítate la ropa —dijiste.

Hice una mueca de disgusto porque no quería coger en ese momento, no quería nada.

—Mely, yo... no tengo ganas.

Bufaste.

—Solo hazlo.

Te pusiste a horcadas sobre mi y me besaste los labios con desesperación. Me aparté un poco porque tu peso dolía.

—Date la vuelta —susurraste.

Comenzaste un masaje que no esperaba. Dios, estaba en la gloria.
Me quedé dormido en algún momento, me despertó el olor a comida que inundaba la casa, cenamos y mientras me ayudabas a preparar las cosas para mi trabajo oficial nocturno, sonreí; porque apesar de que ya no éramos unos jóvenes cursis, las pequeñas acciones estaban llenas de afecto. Y por esas pequeñas cosas y por el sentimiento enorme de mi pecho me sentía afortunado de seguir a tu lado.

En La Monotonía Del Matrimonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora