10.

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¿Aún recurdas la promesa que me hiciste hace tiempo?

—No sé cocinar hasta el agua se me quema, en realidad se evapora pero te juro y te perjuro que aprenderé a cocinar.

Ja. Ternura. Hasta la fecha aún no aprendes, claro que ya variaste un poco el menú de la semana pero nada así que tu digas, ¡wow!

Te iba a hacer un gran pleito por que cociste de más la cena pero recordé que quemadita sabe más rica así que lo pasé por alto.

Pude ver el terror en tus ojos cuando engullí el primer bocado y mastiqué lentamente.

Ya te veías venir un fuerte regaño pero te sonreí y exhalaste aire aliviada.

Algo en mi se conmueve cuando hago de comer la misma receta que la tuya y me sale mejor a mi, quizá sean tus labios torcidos al no querer aceptar que te gané en la cocina o quizá sea que no me molesta cocinar para ti.

Aunque el arroz colorado siempre te sale delicioso, pequeña.

Lo demás dejamelo a mi.

En La Monotonía Del Matrimonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora