15.

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Armaste un alboroto por apagar la música.

Tenía resaca; me moría un poco más con cada canción.

Te dije que no me importaba que te enojaras; me sentía mal.

Te fuiste, tomaste tu mariconera y saliste azotando la puerta.

Me quedé planeando hacerte lo mismo cuando estuvieses en mi situación.

Pasaron no más de diez minutos y regresaste con un agua mineral y unas aspirinas.

-Ten y ya no estés chingando que te duele. Para que putas tomas como si te fueras a morir si no vas a aguantar las consecuencias -refutaste después de traerme un vaso de agua con muchos hielos.

Te recostaste a mi lado.

Ingerí lo que me brindaste para después tomarte en mis brazos, te quejaste, intentaste huir pero no te dejé escapar, te llené de besos mientras hacías muecas de disgusto.

Al final nos quedamos dormidos.

Eres el único remedio que necesito.

En La Monotonía Del Matrimonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora