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Quizá fue el desinterés en tus actividades, en realidad a mi no me importaba lo que hacías fuera de casa solo te quería a tiempo para la hora de cenar, con eso era feliz.

Puede ser que ya no te mostraba amor, ¿cómo para qué si ya vivíamos juntos?

Dejé de responder los mensajes como cuando comenzamos, ya no ponía corazones o caritas solo respondía lo que me preguntabas, ¿para qué hablar por mensajes o por teléfono si de todos modos me dirías lo que hiciste en el día aunque yo no te lo preguntara?

No obstante, las ganas de caricias eran irrelevantes, dormías, comías, salías, todo lo hacías conmigo. Si estabamos juntos era por algo.

Los besos de despedida se volvieron fríos, ¿para qué tardar despidiéndonos si en horas te volvería a ver?

Aún, no logro entender que hice mal.

En La Monotonía Del Matrimonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora