Siempre eras tan fuerte, un roble se sentía débil a tu lado.
Después de las horas felices que pasé con mis camaradas, llegué a casa, estabas dormida, era lógico pues era de madrugada.
Estabas de espaldas, me quedé viendo como te movías al compás de tu profunda y pausada respiración. De pronto comenzaste a sollozar, tan fuerte que todo tu cuerpo se movía con brusquedad. Me dio miedo despertarte y solo te abracé con toda mis fuerzas, empapaste mi playera pero eso no importaba te aferraste a ella y sollozaste aún más.
— ¡Dios, Elioth, eres un pendejo, soñé que habías chocado el coche de mierda por estar alcoholizado y te había perdido para siempre! —limpiaste la mucosidad de tu nariz e inhalaste profundo para seguir profiriendo palabra y media —. Te odio, me dejabas cuando juraste estar eternamente conmigo.
—Pero aquí estoy, contigo, jamás te dejaré, solo fue un mal sueño, mi vida —susurré besando tu frente. Verte tan débil me hizo olvidar todo lo que el alcohol no pudo.
Te besé y me correspondiste con fuerza, con necesidad. Casi sentía que dejabas cardenales por todo mi rostro por la fuerza que empleabas.
Te amé con toda la pasión que había en mi ser con todas las fuerzas que almacenaba junto con el inmenso amor que nunca pude controlar.
Te amo tanto Melissa.
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En La Monotonía Del Matrimonio.
DiversosElioth es uno de esos pocos hombres que intentan ser fieles. Jamás pensó que su relación daría un cambio drástico al casarse hasta el punto de que llegase a ser monótono y aburro estar con esa persona que ama; su esposa. ---- Portada hecha por mi ad...