El ascensor subía conmigo dentro. Con su musica estresante de ascensor. Poco a poco reduce su velocidad y para en la planta 5. Contabilidad.
Las puertas abren paso a un hombre alto, de ojos grises y rasgos perfectamente modelados. Un traje gris lo viste de pies a cabeza, con una camisa ajustada, blanca e impoluta. Se pone junto a mi, a mi altura. Por el botón que a pulsado deduzco que vamos a la misma planta.
Unos pensamientos impuros me recorren la mente. El tío esta muy bueno. Todo hay que decirlo, si es uno de los becarios la verdad no me importaría 'ayudarle' en su aprendizaje.
De repente el ascensor se para en seco. Apretó todos los botones del panel y le doy a la campanita de emergencia. Me estoy empezando a marear. Nadie contesta. Hiperventilo mi cuerpo y mis pulsaciones se aceleran mientras lo único que alcanzo a oír son unos gritos guturales del hombre que me acompañaba.
-¡Señorita!
Me despierto en una sala poco iluminada, con tonos azules y grises. Solo oigo un sonido. Pip, pip, pip. Me desperezo y me incorporo poco a poco. Estoy en un hospital. Espera.. ¿ por que estoy aquí? ¿ Que ha pasado? Lo ultimo que recuerdo es el ascensor y que me...
- ¿Ginebra?.- veo una cabeza asomada a la puerta de aquella habitación.
-Si, soy yo.
-Soy el Doctor Quejigo. ¿Como te encuentras?.- dice acercándose a la cama.
-Pues no lo se. Ni siquiera se por que estoy aquí.-Me frotó la cabeza y los ojos.Y me doy cuenta de que llevó una vía en el antebrazo derecho.
-Has sufrido un ataque de ansiedad y una bajada de tensión. ¿Estas estresada últimamente?
-..mm..pues no..no..doctor.. No.. Bueno no llego a fin de mes, mi jefa es una hija de la gran puta, mi abuelo a muerto hace 3 días, tengo papeleo y no debería de estar aquí, no quiero que me despidan..- digo intentando levantarme de la camilla.
-No te puedes ir todavía, necesitamos hacerte algunas pruebas para saber si no tienes nada mas, así que tranquilizate y que date aquí que ya esta todo solucionado..- dice empujando lijeramente dentro de la camilla. Me rindo. Tampoco tengo fuerzas.
-Por cierto, fuera hay alguien que le gustaría pasar a verte y se a quedado bastante preocupado cuando de repente aterrizastes en el suelo del ascensor.- se dirije hacia la puerta y sale.
-¿Pero, quien ..?
Por la puerta asoma una silueta torneada, ligera, y al acercarse veo al hombre del ascensor.
-¿Ginebra? Me había quedado muy preocupado cuando vi que estabas en el suelo y no te movias, llame a los bomberos y nos sacaron, luego te traje aqui, pensaba que era algo grave, y tranquila he hablado con tu jefa y te dará unos días de baja, si no la iba a despedir. - mi cara se torna un tanto confusa.
-¿perdon ?...- No entiendo nada. Desde siempre he sido un poco despistada pero la confusión y el dolor de cabeza se apodera de mi.-¿ Se puede saber por que coño me has traído aquí?¿ tu sabes que puedo perder mi puto trabajo por esto?En mi vida, escucha bien, en mi vida laboral, nunca, pero NUNCA, he estado de baja ni nunca lo estaré, así que ahora mismo me das mis cosas que me largo a ganarme la vida, o por lo menos a intentarlo. Yo necesito trabajar para poder comer, no estar de baja para no hacer nada. Ay... Dios, si mi abuelo levantara la cabeza se avergonzaría de tener una nieta que esta de baja. El nunca se a cojido la baja ni nada por el estilo, el fue comandante ruso y estuvo en varia guerras, herido y sudando y saco adelante a dos pelotones a su cargo y una familia entera. ¡ASI QUE NO ME VENGAS CON GILIPOLLECES QUE YO ME VOY DE AQUI, COÑOO!
En su cara se dibujaba un gesto de susto a medida que iba alzando la voz. Eso me dejo sin habla. Me daban ganas de llorar de lo estúpida que parecía al haberle dicho todo aquello. Estaba cansada, nerviosa y asustada. Con mi sueldo y el de Carmen apenas terminábamos de pagar una cosa que detrás venían mas. El chico no tenia la culpa de nada, solo me había traído allí por mi bien y yo se la pagaba gritándole a pleno pulmón como una desquiciada.
El no se movió. No habló. No dijo nada. Solo me miraba. Con esa mirada que pedía un perdón suplicante, gris, con un toque justo de arrepentimiento por como me sentía en aquel momento. Me sentía como una imbécil. Era una imbécil. No era justo pagar con otros lo que me pasaba a mi. Me sentí culpaba por su sentimiento de culpa. Era una mala persona y no merecía que nadie se preocupara por mi.-Lo...Lo siento, yo no... Soy idiota. Lo siento. Yo no quería gritarte. Últimamente, no me pasan cosas buenas precisamente y yo... No debía de haberla tomado contigo. ¿Podras perdonarme?- Suplicaba su perdón y gritaba en silencio hacia mis adentros que me perdonara.
No dijo nada, se dio media vuelta y se fue. Me quede sola en aquella sala poco iluminada, de tonos azules y grises.
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A raiz de las sombras
RomanceGinebra, es secretaria. No es nadie importante para nadie. O eso pensaba ella, desde la muerte de su abuelo, ya no es como era antes. Eric, heredero de la gran fortuna del imperio de su padre. Un chulo por naturaleza. Creído, con razón. Su corazón e...